Los libros de mi vida
Llevaba un tiempo pensando en hacer esta entrada y he creído que qué mejor momento que esta semana para que aparezca esta reseña escrita, en muchos momentos, desde el corazón.
Hoy os traigo todo aquello que tiene letras y que ha estado junto a mí en los momentos más importantes de mi vida.
Comenzaré con mi infancia, la cual estuvo acompañada en todo momento por Heidi y por Don Micky. De los primeros conservo algunos de ellos, de los segundos todos se perdieron pero a través de un par de páginas web conseguí hacerme con alguno y hoy ocupan un lugar en mi estantería como si fueran los originales que estuvieron en mis manos.
El comienzo de mi adolescencia queda marcado por un librito que me regaló mi hermano con once años y que disfruté muchísimo y hoy recuerdo con gran cariño, Veva de Carmen Kurtz, y por Doneval que leí un par de años después de que un amigo de mi hermano me lo regalara recordando que en aquel momento no me gustó pero que años después agradecí mucho.
Salto en el tiempo, pues esos años de adolescencia en que las hormonas están en plena ebullición no me dejan recordar ningún libro de esa época que no fueran los de lectura obligatoria. Es en el instituto cuando empiezo a tomar contacto con la literatura y recuerdo con especial cariño El Camino de Delibes, que me dejó mi hermano y que perdí y luego encontré, otro que me permitió terminar la lectura obligatoria y que también perdí, y El árbol de la ciencia de Pío Baroja, libro que releí en alguna ocasión y del que me deshice el año pasado tras ver como se había deshojado por completo.
Durante los años de carrera fueron los libros en inglés los que me acompañaron y recuerdo con especial cariño dos de ellos. El primero es Dracula que leí en el verano del 94 mientras pasaba el estío intentando mejorar el idioma en Bournemouth. El segundo es The Sicilian que compré en una librería de viejo en Benidorm mientras esperaba el resultado de las primeras oposiciones a las que me presenté sin demasiado acierto.
Después de estos vinieron muchos, muchos libros pero la tranquilidad de mi vida en aquellos momentos hace que hoy no aparezcan en esta reseña.
Un día, mi padre enfermó, era común en él pero en este caso su enfermedad le llevaría hasta la muerte y de esta época recuerdo con una sensación muy agridulce El cuento número trece de Diane Setterfield, una preciosidad de libro que no está reseñado en el blog porque lo miro desde las tinieblas del dolor y del recuerdo de las noches pasadas en la cabecera de mi padre y de su voz diciéndome «niña, deja el libro y duérmete», no sabía que no quería dormirme. Siempre fui su niña.
Luego vino la búsqueda desesperada de un hijo y las continuas malas noticias al respecto. De esta odiosa época citaré dos libros que me hicieron sufrir muchísimo pero que son hermosos como pocos: la palabra más hermosa de Margaret Mazantini y El declive y la cuesta de Mercedes Salisachs. En los dos las protagonistas son madres, una narra el dolor y el amor por un hijo, la otra hasta dónde se puede llegar para conseguir ser madre… En este tiempo también nació este vuestro blog y recuerdo con muchísimo cariño la primera recomendación que se me hizo, fue Isi y ella me recomendó la lectura de El sanador de caballos de Gonzalo Giner, una fantástica novela que años después sigo regalando y recomendando.
Pero un feliz día llegó un positivo hasta mis manos, bueno, hasta las manos de mi marido porque yo leí lo que no estaba escrito. En ese momento la lectura que me acompañaba era Tres colores en Carinhall una buena lectura y un buen amigo, gracias Carlos. Después, un 19 de marzo llegué al hospital y el libro que estuvo allí, en la mesita de noche mientras abrazaba a mi hijo un día después fue La tribu maldita de Victor Fernández Correas, un viaje a los orígenes de la humanidad acompañó los momentos más felices de mi vida.
Una historia triste, fue la que me acompañó mientras aprendía a marchas forzadas lo que era ser madre…
Y hasta la fecha.
Muchos libros he leído a lo largo de mi vida pero estos son los que por una cosa u otra han ocupado un lugar muy importante en ella.
¿ Os ha gustado esta pequeña confesión a voces?
Muy bonita entrada Eva y que me ha llevado a pensar que igual que determinados momentos de tu vida están asociados a una canción , lo mismo ocurre con los libros.
Cada libro con su historia, una vida llena de libros. He leído muy pocos pero algunos ya están en mi poder. A Mickie lo leía de pequeña y a Heidi la miraba en la tele.
Besos
Cierto, una vida llena de libros. Bonito epitafio no?
¡Cuántos recuerdos unidos a libros concretos! ¿Te quieres creer que hice a mi marido tirar toda su colección de Don Micky (completa) porque ocupaba mucho espacio. Ahora me arrepiento muchísimo. Besos
Jo Marisa, si lo hubiera sabido la habría comprado yo y eso porque no sabes los precios que tenían algunos de los números.
Un honor y un privilegio que te hayas acordado de mí, que no soy nadie, en este repaso tan bonito a tu vida. Eternamente agradecido.
Un honor y un privilegio que te hayas acordado de mí, un don nadie, en esta relación tan bonita de tu vida. Eternamente agradecido, de verdad.
Muy bonito y emotivo el repaso que has hecho. Y es que hay libros que no se olvidan, aunque sea por motivos ajenos a los literarios a veces…
Besotes!!!
Muchas gracias Margari. La he hecho con el alma.
Coincidimos al menos en cuatro: El árbol de la ciencia, el camino, Drácula y el cuento nº 13.
Yo recuerdo con mucho cariño de la infancia los libros sobre Sissi y de la adolescencia las colecciones de Los Cinco y Los siete secretos 🙂
Bs.
Andamos por la misma quinta imagino ¿no?
Qué entrada más bonita y tierna, Eva. Me ha emocionado mucho lo de tu padre… Coincidimos en El camino (que también lo leí en la adolescencia como lectura obligatoria en el instituto) y con Drácula (en castellano) que lo leí como apoyo para un trabajo de cine que tuve que hacer.
Muchos besos, guapa
Gracias por tus palabras Bibi.
Preciosa entrada Eva, me ha hecho pensar en los libros que también me han acompañado a lo largo de mi vida, nunca me lo había planteado y asi me has recordado el cuento que con más cariño recuerdo de mi infancia «La alondra cantarina» y des pues de el llegaron tantos y tantos libros…
GRACIAS.
Muchas gracias Mari Carmen, me alegro que te haya gustado.
¡Que lindo que compartas un poquito de tu vida para todos nosotros! Me parece muy bello e interesantes los libros que te han acompañado… Todo lector tiene alguna historia que lo marca por una u otra razón.
Yo descubrí El sanador de caballos gracias a tu blog 😉
Un besín.
¡Que honor Shanny! Me alegro que te haya gustado esta entrada.
Me ha gustado mucho la entrada, Eva! Un buen repaso a los momentos clave con los libros clave.
Y no sabía que yo había sido la primera en recomendarte en el blog, ¡¡qué honor!! 😀
Besotes!!
Gracias Isi. Pues si, tú fuiste la primera.