El árbol de las palabras.
El hecho de que comprara este libro, aún no acabo de entenderlo, no suelo dejar llevarme por los títulos simplemente pero en este caso si lo hice. «El árbol de las palabras» bello nombre para un libro ¿no?. Cuando llegué a casa busque el término en internet y me convenció aún más la adquisición.
En partes de la zona sub-sahariana, no hace mucho que existía un árbol al que llamaban «el árbol de las palabras», cuando surgía un comflicto entre dos personas, estas se reunían bajo el árbol hasta llegar a la solución del problema y si aún con esas no se conseguía, entonces eran los ancianos de la tribu los que se situaban bajo el árbol para tomar una decisión. También hay quien dice que el árbol de las palabras es el árbol más grande que exista en el poblado y que da más sombra, allí es donde se reunen las personas para hablar, para escuchar, para compartir. La verdad es que cualquiera de las dos versiones es bonita.
Bueno, el hecho es que yo adquirí el libro por su título y bueno….
El argumento del libro tiene lugar en Maputo, actual capital de Mozambique que en la época de la guerra colonial contra los portugueses se llamaba Lourenço Marqués. El libro demuestra el amor por el paisaje africano: su fauna, sus selvas, su vegetación, la fascinación de este entorno. Las descripciones, no puedo decir otra cosa, son magistrales.
Se describe la historia de una familia en el entorno de antes y durante la guerra colonial que precedió a la revolución portuguesa de 1974. A través de esta familia se describe la vida cotidiana de esta sociedad, el choque de culturas, la mezcla de razas, la gran relación que una hija mantiene con su padre y la frugal relación que esta hija mantiene con su madre. Es una narración interior, el libro está elaborado a base de pensamientos, lo que no se dice pero se piensa.
Puede que sea un libro bello, la verdad es que no me atrevo a reseñarlo de otra forma pero a mí es que no me ha gustado, me ha resultado lento, sin acción ninguna, el argumento podría haber sido más ágil, pero bueno quizás en este momento yo necesite leer algo más de acción, algo que me mantenga en vilo y este libro desde luego no lo ha conseguido.
La verdad que tal y como lo cuentas, si abusa de las descripciones y no es muy ágil, quizás lo lea, pero en otra época porque ahora busco algo más de acción también.
Saludos
A veces así pasa ¿no? que no es nuestro momento para leer un libro determinado…volvemos a él tiempo después y nos enloquece.
Pero, es bueno leer lo que opinas de él 😉
¡Gracias Eva!
Ale.
mi carta más larga me ha convencido más!! gracias!!!
Espero que te guste, ya nos contarás, es un libro cortito que se lee bien.
Un abrazo y gracias a ti.
Eva!! me ha sorprendido mucho que dijeras que no te ha gustado, con lo bien que habías empezado… a mí me has convencido!!!! tengo tantas ganas de ir al áfrica negra…
Hola Ismael, es que el libro no tiene nada que ver con la leyenda, no sé ni porque le pusieron ese nombre. Yo sólo he intentado que conocierais algo más del Africa negra, pero este libro la verdad no. Si quieres leer algo de África te recomiendo «mi carta más larga»
Eliges tú.
Un abrazo.
El libro quizá no era lo que esperabas, pero con la «leyenda» que le acompaña al nombre, desde luego apetece leerlo. Y, ciertamente, el título entra por los ojos. No me extraña que le compraras.
Besos.
Hola Ascen, gracias por comprenderme, la leyenda es que me resultó preciosa. En fin, de vez en cuando una también se equivoca ne la elección de libros, ajajaja.
Un abrazo.
Bien interesante lo del «arbol de las palabras». Alla en Cuba teniamos algunos como ese, en un parque de la Habana Vieja donde todos los viejos y jovenes se sentaban a discutir de pelota (beisbol), politica y muchas otras cosas… aunque en realidad no creo que llegaran a ningun acuerdo 🙂
Gracias por compartir tu critica de este libro.
Un saludo,
Carli C4, poeta cubano.
Carlic, aquí en España, no es que tengamos un árbol de las palabras, es que los viejetes buscan un sitio donde haya sombra y por supuesto hablan: de futbol, de política, de la minifalada que lleva la que pasa por delante de ellos 😉 de todo. Es una bonita costumbre que se da en todos sitios creo yo.