75 años del final de la Guerra Civil Española. Literatura de posguerra.
Hoy, 1 de abril, se cumple el 75 aniversario del final de la Guerra Civil Española. El actor español Fernando Fernández de Córdoba, a través de los micrófonos de Radio Nacional de España anunciaba que «La guerra ha terminado». Tres años antes un grupo de mandos militares se había alzado contra el gobierno republicano. Franco, en tal día como hoy escribió: «En el día de hoy, cautivo y desarmado el Ejército rojo, han alcanzado las tropas Nacionales sus últimos objetivos militares. La guerra ha terminado». ¡Qué gran prosa la de este señor! ¡Qué metáforas! ¡Qué realismo!
Literariamente hablando la Guerra Civil cortó ahogó muchas voces, a las muertes de Lorca (fusilado) y de Miguel Hernández (muerto en prisión) se unen las de otros muchos junto a los que metieron en prisión. Los que pudieron marcharon al exilio.
Quiero destacar hoy a esos escritores que, lejos de su tierra, siguieron amando a España y en consecuencia siguieron escribiendo sin evadir la realidad y mostrando su sentimiento respecto a la patria. También quiero destacar a los que se quedaron aquí y con su pluma ensalzaron al régimen o trataron de ocultar sus sentimientos hacia él.
La novela de posguerra se caracteriza por haber sido precedida por una novela huérfana. Me explico, la novela anterior a la guerra fue censurada por el gobierno franquista, ni se editaba ni se mencionaba. Así surge una novela que principalmente mostraba su simpatía por el régimen franquista ya que, como ya he dicho, los que se oponían o habían muerto o estaban fuera de España. De todas formas las principales características de la novela de posguerra es el pesimismo, la oscuridad. La España negra, un país cercano al feudalismo.
El bosque animado (1943) de Wenceslao Fernández Florez, es una joya de la literatura que se alimenta del modernismo de veinte años antes y que muestra su desenfado.
La familia de Pascual Duarte (1942) de Cela muestra la realidad del día a día en esa España de posguerra con una novela dura y tremendista que dio mucho que hablar en la época. De este autor también podemos destacar La colmena (1952) novela de personajes colectivos que se sitúa en el Madrid de la Posguerra. Hay que recordar que Cela luchó en el bando franquista durante la guerra y fue censor durante el régimen, claro que una de sus novelas se publicó en el extranjero por haber sido censurada en España.
Nada de Carmen Laforet es otro hito en esta literatura, novela que forma parte de la historia y que se la ha llegado a comparar con Cumbres borrascosas y que aún sigue con muchos lectores así como las primeras novelas del vallisoletano Delibes destacando Los santos inocentes, novela que muestra las desigualdades de la sociedad española en esos años después de la guerra, o La sombra del ciprés es alargada (1947) novela que recibió el Premio Nadal. Delibes que también se alistó en el bando Nacional, hace de su novela una novela del mundo rural un auténtico creador de personajes.
Gonzalo Torrente Ballester comenzó escribiendo novela «falangista» afín al régimen aunque continuo con un realismo tradicional para derivar en algo que no tenía nada que ver con sus comienzos. Los gozos y las sombras es su novela más conocida, una novela de personajes y de conflictos.
En cuanto a los escritores que tuvieron que huir de su país para no perder la vida. Su literatura no tiene patria, son españoles pero no escriben en España y su literatura no es la de los países que les acogieron porque no tienen esas nacionalidades.
Ramón J. Sender era un escritor comprometido. su estilo era realista y social. Sus obras más conocidas Requiem por un campesino español y Crónica del alba.
Francisco Ayala es otro autor del destierro. Su obra es anteriormente a la guerra estilizante y durante el exilio pesimista. Los usurpadores (1949) o Muertes de perro (1958) son dignas de destacar
Arturo Barea escribió desde Londres, en su exilio, la conocida Forja de un rebelde, un trilogía autobiográfica que en un principio fueron tres novelas independientes pero que al publicarse juntas y perderse el original se titularon La forja de un rebelde. Estas tres novelas son: La forja, La ruta y La llama. Destaco así mismo la novela tardía La raíz rota que es un desgarrador documento sobre los orígenes perdidos de un exiliado.
Luis Martín Santos con su Tiempo de Silencio (1962) marca ya una evolución en la narrativa de posguerra y hay otros muchos, Ana María Matute, Sanchez Ferlosio, Goytisolo, Carmen Martín Gaite, Aldecoa y otros tantos que en una época tan difícil como la que les tocó vivir supieron mojar su pluma y dejar constancia de su momento.
Desde aquí mi homenaje a todos ellos.
Creo que esta es una de las entradas que mejor sirven de homenaje a todas esas personas a las que relegaron la silencio por ser de un bando vencido. Gracias por darles voz
Gracias a ti por tus palabras Fernando.
Que buena entrada y que buenos recuerdos. He leído varias de las obras que mencionas e incluso en alguna he estado de extra en la película porque se grabaron escenas en mi pueblo (Los Santos Inocentes). A pesar de la época tan dura, lo cierto es que generó un tipo de literatura muy inteligente.
Bs.
Tendré que volver a ver los santos inocentes entonces. YA te preguntare en que escena sales. ¡Que suerte la tuya!
Buenísima entrada! Grandes obras nos dejó este período. Llevo años queriendo leer los Gozos y las sombras. A ver si me animo de una vez.
Besotes!!!
Cada vez que me introduzco en la literatura para hacer este tipo de post me doy cuenta e lo que me estoy perdiendo. Tengo que plantearme retomar a estos genios de nuestra historia literaria.
Me ha encantado esta entrada. De todas las novelas que mencionas, solo he leído La Colmena. Me tientan Delibes y Laforet. Voy a buscarles un hueco pronto.
Besos
Yo he leído alguna más pero no muchas. Es un tema pendiente.
Qué entrada más completa e interesante. He leído La colmena, Nada y Requiem por un campesino español y me gustaron mucho. Muchos besos.
Me alegro que te haya gustado Goi.