El pasado martes, la tarde madrileña nos recibió con un sol espléndido, lo que hacía presagiar como transcurriría el resto de la jornada. Tomamos un refresco fresquito, que apetecía, y nuestros pasos se encaminaron hacia el teatro de La Latina, donde tendría lugar el encuentro que Ken Follett mantendría con sus lectores.

Las puertas se abrían a las 19,00 horas así que, mientras tanto, estuvimos esperando mientras nos hacíamos fotos y observábamos cómo el número de personas que esperaba en la puerta iba aumentando a medida que pasaba el tiempo. Salió Rosa Samper, la jefa de producto online de la editorial, quien me dio mi «acreditación de prensa» para no tener problemas a la hora de entrar al recinto. Rosa estuvo pendiente en todo momento de las personas que íbamos con acreditación y se mostró tan amable y tan simpática como siempre.

A la hora fijada se abrieron las puertas y pasamos a ocupar nuestro lugar en la fila 8, un sitio que nos permitiría no perdernos detalle. La hora prevista para el comienzo eran las 19,30h., no hubo puntualidad británica, porque entre otras cosas no había entrado todo el público, pero no se hizo esperar mucho, a las 19,35h. se abrió el telón mientras un sonido de helicópteros y luces que simulaban focos de torres de vigilancia nos acompañaban. Pudimos ver una representación del muro de Berlin en su lado occidental y esto lo sabemos por las pintadas que podíamos apreciar en él. Cuatro militares lo franqueaban en su parte superior al otro lado. Entonces comenzó a sonar Another brick in the wall de Pink Floyd y el vello comenzó a erizarse. Mientras, dos grafiteros a hurtadillas pintaban el muro. Allí todos observábamos mientras Ken Follett caminaba hacia el escenario desde atrás. Un aplauso general invadió el teatro y el autor se dirigió hacia el muro con un gran mazo derribándolo de un golpe certero y dejándonos ver una pantalla donde se reproducía un video con imágenes de los hechos más significativos del siglo XX.

El autor pasó a explicarnos su trilogía diciendo que un día se puso a pensar cual había sido el momento más terrible que había vivido el ser humano y llegó a la conclusión de que había sido el S.XX. La historia del S.XX es la historia de nuestros padres y nuestros abuelos, hizo un breve resumen de lo que sucedía en el mundo hace sólo cien años y cómo han cambiado las cosas desde entonces. Nos dijo que la historia que leemos en sus libros es tal como es la Historia. También nos contó que le gustan los grupos familiares en sus novelas, porque una de las cosas más importantes de nuestras vidas es cómo van a salir nuestros hijos, si se le pregunta a cualquier persona que es lo más importante de sus vidas, muchas de ellas dirán que lo más importante es que sus hijos sean felices y espera que a sus lectores les guste saber cómo les ha ido a las familias de sus novelas. Nos contó otras cosas y su charla duró unos quince minutos.

Tras esto pasamos a la ronda de preguntas empezando por aquellas que hicieron algunos seguidores de facebook y después preguntamos algunas personas que estábamos allí. Como en esta ocasión no tuve la oportunidad de hablar con él unos minutos y no os puedo traer una nueva entrevista, no dejé pasar la oportunidad de hacerle yo misma una pregunta.

Para finalizar, Ken Follett leyó un fragmento de su novela en inglés mientras tras él en una pantalla aparecía traducido. Leyó un trocito que tiene cierto humor en la novela aunque como él mismo nos recordó, su novela no es de humor.

Por último, el conocido escritor se atrevió a firmarnos un ejemplar a cada uno de los asistentes, ¡qué valor! Todos subimos la escalerilla y nos llevamos nuestro ejemplar firmado. Sobre este punto me gustaría decir dos cosas que no me gustaron en absoluto. La primera es que se nos pidió que no fuéramos con más de un ejemplar para que se nos firmara por respeto a todos los que querían su firma y que no nos hiciéramos fotos posando con él para no ralentizar el proceso. Como siempre tiene que haber listos allí también los hubo, no sé si decir listos o caraduras, lo que prefiráis pero allí algunos se hicieron sus fotos y más de uno llevó más de un libro para que se los firmara. En segundo lugar se escuchó una frase poco afortunada en mi opinión: Los españoles no sabemos formar una fila, efectivamente, el gentío que se acumuló era imposible de controlar en una fila de a uno pero la frasecita se las traía más aún cuando se escuchó en más de una ocasión en las voces de las señoritas que intentaban poner orden y que no sé si pertenecían al teatro o a la editorial. Poco afortunado.

Pero, en general, mi impresión es de una satisfacción total. Salí encantadísima de la presentación, trabajé el listening, que últimamente la Junta de Comunidades está muy centrada en el inglés de sus docentes, y el perfecto inglés del caballero galés me permitió salir con el ego muy alto.

Mr. Follett, vuelva a España cuando lo desee, seguiremos leyendo sus novelas con auténtico placer.

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