Imilce es una anciana que acompañó a la reina Dido en su exilio, cuando era niña. Ahora, cuando la muerte la está acechando, decide plasmar por escrito aquella historia con la ayuda de su joven escriba Karo. Sus recuerdos de niña y de la tradición oral de los suyos no permiten una historia tan completa como ella querría. Para conseguirlo,  se unen a ella otras personas de su misma edad que, junto a sus propios recuerdos, intentaran conseguir un relato más exhaustivo. Uno de estos «agregados» será un troyano que contará la historia de Eneas,  ya que viajó en su barco hasta que alcanzaron las costas de Cartago.

La historia que se narra es la de la reina de Tiro, Dido. Ésta se ve obligada a huir de su país cuando su propio hermano asesina a su marido -sacerdote del templo- para hacerse con el oro que éste custodiaba y levantar una rebelión contra ella. Dido no quiere que haya un baño de sangre entre sus súbditos ni entrar en una guerra civil y, eligiendo a sus amigos de confianza y estos a la vez a los suyos, de noche y a escondidas logran huir junto con el tesoro en busca de una tierra donde levantar un nuevo reino.

Tras un largo periplo llega hasta una playa donde funda Cartago. Hasta allí llegará Eneas, un superviviente de la guerra de Troya, la mítica guerra que se originó por culpa de una mujer helena, y que enfrentó a griegos y a troyanos.

Una novela donde se ha cuidado hasta el último detalle. Una novela que logra encandilar al lector. Una hermosa historia vista desde la perspectiva de una mujer,  nieta de aquella Barce que fue la mano derecha encargada del cuidado de la reina. Desde el punto de vista de Dido y no de Eneas. Ya sabéis, si queréis saber algo más sobre Eneas, os remito a la Eneida de Virgilio. Esta es la historia de una mujer que por amor marchó al exilio y que por amor acabó cayendo en la locura de Cupido.

Una bonita historia escrita con el corazón.

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