El arquitecto de los cielos

Tenía muchas ganas de leer esta novela. Su portada me resultaba muy atractiva y su reseña realmente prometía. Mi gozo en un pozo. La novela me ha resultado rara, extraña. Hace saltos en el tiempo, que de verdad, me han desorientado. En numerosas ocasiones eran necesarias dos páginas para darme cuenta de que estaba cien años más adelante o incluso, casi mil.

Empieza en Sarajevo en 1992, después se traslada a tierras sirias donde Abu-l-Abbás se ha hecho fuerte y su único objetivo es aniquilar a los Omeyas de la faz de la tierra. Así, el principe Abderramán, único superviviente de la matanza realizada por Abu, tiene que huir llegando hasta las costas de Al-Andalus donde se acaba asentando como califa de Córdoba y en acción de gracias decide construir la mezquita. Hasta aquí todo va correctamente, narra las aventuras y desventuras de este príncipe hasta su muerte en un número adecuado de páginas. Pero luego, casi vertiginosamente, nos lleva por todos los descendientes de Abderramán I hasta que llega al último de los Omeyas, Alhakén II -el de la famosa biblioteca- el encargado de construir Medina Azahara y de terminar la Mézquita de Córdoba para su padre, Abderramán III.

En mi opinión, un periodo de de la historia demasiado extenso (8 siglos) que se ha condensado en apenas 300 páginas. Mucha importancia a unos personajes y muy poca a otros. Páginas infumables de cuadrados y círculos, de cábalas y números me ha dado el derecho que tiene todo lector a saltármelas.

Lo que podría haber sido una buena novela histórica donde se podríahaber respirado más ampliamente la convivencia entre las tres culturas, se ha quedado, finalmente, en agua de borrajas. En un quiero y no puedo.

Francamente, me ha decepcionado.

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4 comentarios
  1. Currucucu
    Currucucu Dice:

    Me lo acabo de leer u estoy totalmente de acuerdo con la autora del artículo. En determinados momentos de la historia te pierdes además de ser bastante impreciso en algunos detalles históricos. No merece la pena.

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  2. Ale
    Ale Dice:

    Pues si te ha gustado tan poco, me lo evito. Hay veces en que es bueno saltarse un libro…es un descanso para el plan infinito.
    Un beso y más suerte con el siguiente libro,
    Ale

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