La ciudad de las góndolas, las lagunas y el carnaval más bello del mundo va a ser la principal protagonista de la novela que reseño hoy: «El cementerio de Venecia» del escritor italiano Matteo Strukul, una novela de intriga que nos va a mantener en vilo a lo largo de todas sus páginas.

Antonio Canal, Canaletto, protagonizará esta novela. El pintor por excelencia de Venecia, que retrató con cuidada minuciosidad a la ciudad utilizando técnicas innovadoras, va a dar una imagen diferente de él mismo: la de espía. Tan excelente es en su trabajo que es llamado por la Inquisición y por el propio Dux. Los primeros porque tras aparecer el cadáver de una joven horriblemente asesinada en el escenario que el pintor había utilizado en una de sus obras quieren saber por qué utilizó ese sitio y por qué ha aparecido ahí ese cadáver. El segundo porque alguien quiere saber hacia dónde se dirige un personaje de otro de los cuadros del pintor, un personaje que por su forma de posar se ve que es cojo y que es indudablemente reconocible.

Venecia es la ciudad de los contrastes. La luz ilumina la Laguna y le da belleza sin límite a la ciudad, pero, sin embargo, la noche con su oscuridad torna todo amenazador, desconocido y peligroso. Y así lo vamos a percibir mientras andamos sumergidos en las páginas de «El cementerio de Venecia» .

Venecia, que es sinónimo de libertad, donde la nobleza vive en opulentos palacios mientras los pobres viven en chozas y mueren por inanición y el barrio judío cierra sus puertas al anochecer solo para sentirse protegido, va a ser el escenario de estos horrendos crímenes. En este entorno lleno de claroscuros es donde va a tener lugar una lucha contra el oculto, algo que en la ciudad no se conoce, pero cuyos efectos sí se sentirán.

Canaletto se convierte en espía del Dux. Va a hacerse acompañar en sus pesquisas de un irlandés expatriado, McSwiney, y un médico judío, Isaac, para llevar a cabo esta difícil investigación cuyos crímenes son cometidos de noche y donde las víctimas aparecen al alba.

Toparemos con la incipiente masonería que, una vez más, aparece envuelta en misterio y va a ser un pilar, aparentemente importante, en la narración. También seremos testigos de una plaga que asolará la zona: la viruela, mal endémico que va a golpear fuertemente a la sociedad veneciana.

Canaletto se va a ver envuelto en numerosos peligros poniendo en riesgo su vida, ya que su investigación va a ser incómoda para mucha gente importante y encontrará muchas puertas cerradas.

Venecia, que es sinónimo de libertad, donde la nobleza vive en opulentos palacios mientras los pobres viven en chozas y mueren por inanición y el barrio judío cierra sus puertas al anochecer solo para sentirse protegido, va a ser el escenario de estos horrendos crímenes.

Matteo Strukul sumerge al lector en un laberinto de misterio y conspiraciones. El autor dibuja una trama excepcional capturando la magia y el misterio de la ciudad de los canales en el siglo XVIII. La narración nos traslada a las calles y canales de Venecia revelando secretos y peligros.

Los personajes, especialmente el de Canaletto y el del médico judío Isaac (a quien yo dedicaría una novela completa) están hábilmente creados. Sus motivaciones y dilemas añaden capas de complejidad a la trama. Sus luchas contra lo establecido para poder descubrir la verdad en medio de una ciudad, marcada por la enfermedad y la corrupción, han sido muy emocionantes.

En resumen…

«El cementerio de Venecia» me ha tenido completamente atrapada desde la primera página hasta la última. La ambientación, tan meticulosamente creada por el escritor, de la Venecia del siglo XVIII ha sido tan realista que me he sentido transportada a sus calles empedradas y a sus canales.

Ha sido una lectura muy interesante y me ha mantenido entretenida de principio a fin. No puedo más que recomendar vivamente esta novela porque estoy segura de que también os va a atrapar a vosotros.

 

 

Fuente de la imagen de Matteo Strukul: redes sociales del autor.

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