La buena reputación es la última novela, hasta la fecha, de Ignacio Martínez de Pisón. Como es una constante en sus narraciones, Martínez de Pisón nos acerca un pasado no lejano en el tiempo de esta nuestra España, un pasado que muchos reconocerán en sus páginas y los que no lo hagan se maravillarán con aquel país casi desconocido para muchos y que fue creciendo despacio en un tiempo en que estábamos a años luz de todos los países occidentales.

Nuevamente habla de la familia, ese bastión incombustible en la sociedad de la época en que está centrada la novela y es que La buena reputación se desarrolla a lo largo de tres generaciones de una misma familia que abarca desde los años 50 hasta los 80 acercándonos a una realidad poco conocida por muchos, entre los que me encuentro yo misma, la de la comunidad judía en Melilla. Nuestros protagonistas son una familia encabezada por un matrimonio mixto, Samuel, un importante miembro del Consejo Comunal que en ocasiones reconoce el rechazo a los de su religión por parte de la sociedad melillense, aunque él mismo se la toma muy relajadamente, y Mercedes, una católica y practicante muy asentada socialmente hablando y comprometida con numerosas causas. A ellos dos se unen sus dos hijas Miriam y Sara, dos nombres de tradición hebrea pero dos muchachas que vivirán en un hogar cristiano en unas ocasiones unidas a él y en otras rebelándose contra él.

La situación política, el miedo a una invasión por parte de Marruecos y algunos otros asuntos les llevará a abandonar Melilla y a asentarse en la península. La vida irá pasando y con ella nuestros protagonistas se irán transformando, tendrán hijos y nietos y, todos y cada uno de ellos, tendrá su correspondiente reputación.

Martínez Pisón cuenta historias y lo hace muy bien. Fue la opinión que me llevé cuando leí El día de mañana y es la que me vuelvo a llevar de nuevo tras leer esta obra. Sus protagonistas son reales, y no quiero decir al utilizar este término que vivieran en una época y en un lugar determinado, no, son reales como la vida misma, auténticos, cada uno de ellos transmite la fuerza de su personaje y lo hacen como si fueran únicos. La prosa es natural, ni artificial ni forzada. Las palabras bailan al ritmo marcado por el autor y forman una novela fantástica que gustará a cualquier persona que busque calidad literaria.

No me cabe la menor duda que Martínez Pisón será un autor que pase en más ocasiones por este blog. Siempre es de agradecer una novela que te deje tan buen sabor de boca.

Ignacio Martínez de Pisón (Besalú, 1971) nació en Zaragoza en 1960 y reside en Barcelona desde 1982. Es autor de una docena de libros, entre los que destacan la colección de cuentos El fin de los buenos tiempos (1994), las novelas Carreteras secundarias (1996), María bonita(2001) y El tiempo de las mujeres (2003), y el ensayo Enterrar a los muertos (Seix Barral, 2005), que obtuvo los premios Rodolfo Walsh y Dulce Chacón y fue unánimemente elogiado por la crítica en varios países europeos.

Fuente de la imagen de Ignacio Martínez: planetadelibros.com © Malcolm Otero Barral

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