, , , , , ,

Las vidas robadas

Las vidas robadas, de Andrea Tomé

«Las vidas robadas», de Andrea Tomé, nos traslada a una España desgarrada por la Guerra Civil, a su durísima posguerra inmediata, y a una Europa que se desangra en plena Segunda Guerra Mundial. Como podéis imaginar, estamos ante una novela intensa, dura, que no esquiva el sufrimiento ni la crudeza de una época en la que, en nuestro país, millones de personas trataban de sobrevivir bajo el yugo de una dictadura implacable que se hallaba en pleno apogeo.

La protagonista, Ana de la Torre, huye junto a su familia —una familia de posibles— hacia la zona nacional, en Galicia, donde tienen parientes. Ana deja atrás una vida en Madrid, a su amiga Inés y también los recuerdos de un primer amor: Imre, el hijo del socio húngaro de su padre. Aunque al principio logran mantener su relación por carta, las circunstancias de la guerra y el exilio van diluyendo el contacto hasta casi desaparecer. En Galicia, la familia intenta adaptarse a una nueva vida: el hermano de Ana ha marchado al frente, la madre llora junto a su hermana la ausencia de sus respectivos hijos, y el padre —quien antes vivía del comercio— se ve obligado a trabajar la tierra para arrancarle, con sus propias manos, el alimento necesario para sobrevivir en aquellos años tan duros. Ana, por su parte, trata de seguir adelante, acompañada por su prima Chelo.

Cuando la guerra termina y Madrid ha sido «liberada», la familia regresa a su hogar. Allí siguen sus antiguos vecinos, de ideas republicanas, con los que siempre habían mantenido una relación cordial y cercana. El padre de esa familia ha muerto durante la contienda, y ahora es el hijo mayor, Jorge, quien ejerce de cabeza de familia. Jorge ha sido médico en el hospital del Ejército rojo en Madrid, y aunque no tiene delitos de sangre, vive bajo la amenaza constante de la represión. La madre, desorientada sin su esposo, se refugia en sus hijos. Jorge e Inés, su hermana, intentan sobrellevar el día a día en un país que no perdona a los vencidos. Mientras tanto, Inés se deja querer por el hijo de la familia vecina, el hermano de Ana, que ha reaparecido tras su tiempo fuera y con ideas totalmente opuestas a las de la joven.

Las vidas robadas, de Andrea Tomé

Pero la calma es efímera. La represión franquista, el miedo constante, las denuncias anónimas, las detenciones sin sentido y las condenas a muerte se ciernen sobre ellos. El terror que el régimen generaba se cuela poco a poco en la trama y en las vidas de los personajes. España se ha convertido en una cárcel para muchos, mientras la locura también avanza por Europa, donde los campos de concentración nazis comienzan a engullir vidas. En medio de ese panorama desolador, Ana decide mirar al frente y tomar las riendas de su vida. Para ello, necesita una gran dosis de valor y entereza.

Andrea Tomé ha construido una novela poderosa, que no solo nos hace testigos del daño infringido a España por una guerra cruel, sino también de la manipulación del lenguaje y de las emociones colectivas. En «Las vidas robadas» se desnudan las proclamas vacías, los discursos grandilocuentes que servían de cortina de humo para ocultar la miseria; se denuncian las soflamas patrióticas que intentaban tapar con banderas el hambre, la represión y el miedo. La autora no se corta al describir el frágil estado del país y de la mayor parte de su población en esos años sombríos. Su prosa está cargada de sensibilidad, pero no se aleja ni un milímetro de la verdad histórica y emocional de sus personajes.

Uno de los puntos fuertes de la novela es, precisamente, el retrato de sus personajes. Todos están profundamente trabajados, con matices, contradicciones, heridas y deseos. El lector empatiza, sufre, se enfada, se ilusiona o se frustra con ellos. Desde Ana, que busca su lugar en el mundo en medio del caos, hasta personajes secundarios como su prima Consuelo, Jorge o Inés, cada uno aporta una capa más al complejo tapiz emocional que compone la novela. La autora no ofrece figuras planas ni idealizadas: nos muestra a personas reales, llenas de aristas, cuyas decisiones no siempre son las que uno espera, pero que resultan profundamente humanas. El abanico de emociones que despiertan es enorme: ternura, rabia, compasión, admiración, desconcierto… Y ese es, sin duda, uno de los grandes logros de la obra.

Andrea Tomé ha construido una novela poderosa, que no solo nos hace testigos del daño infringido a España por una guerra cruel, sino también de la manipulación del lenguaje y de las emociones colectivas.

También hay que destacar el impecable trabajo de ambientación. Andrea Tomé logra sumergirnos por completo en el Madrid de la posguerra, con sus calles llenas de silencios forzados, vecinos vigilantes y miedo flotando en el aire. Se respira la opresión, la tensión, la necesidad de callar, de esconder, de protegerse incluso de uno mismo. Lo mismo ocurre con las escenas ambientadas en Galicia, donde se percibe la vida rural, el refugio forzado, el cambio de estatus. Y, por supuesto, la novela también nos lleva a esa Europa invadida por los alemanes, donde la amenaza del nazismo lo arrasa todo. La ambientación no es solo contexto: es parte viva de la narración, una presencia constante que envuelve cada escena.

No podemos olvidar cómo la Segunda Guerra Mundial afecta directamente a algunos de los personajes. El socio húngaro del padre de Ana, de origen judío, y su familia se ven arrastrados por la sinrazón de lo que los nazis llamaron la «solución final». La novela nos hace recordar, sin necesidad de describir con crudeza extrema, los horrores del holocausto, de los campos, del exilio, del miedo universal al que fueron empujadas millones de personas por el solo hecho de pertenecer a una religión o tener un apellido. Ana, desde la distancia, sufre por ello, pero también se pierde en su propio caos interior, y a veces toma decisiones impulsivas que podrían costarle muy caro.

El ritmo narrativo es uno de los aciertos de esta novela. A pesar de la dureza del contenido, la historia fluye con una cadencia envolvente. En ocasiones, he tenido que detener la lectura para quedarme a solas con una frase o un pasaje especialmente bello o demoledor. Andrea Tomé tiene un don para describir, para fijarse en los detalles, para evocar sensaciones sin necesidad de abusar de los artificios. Su prosa es hermosa, delicada, comprometida y profundamente literaria.

«Las vidas robadas» es una novela apasionante, que me ha gustado a rabiar. Me ha emocionado, me ha removido y, sobre todo, me ha hecho reflexionar. Andrea Tomé no solo ha escrito una gran novela, ha dado voz a un pasado que aún resuena en el presente. Una lectura absolutamente recomendable para quienes buscan emoción, historia y personajes inolvidables.

Como suele ofrecer habitualmente, Grijalbo nos proporciona un fragmento de la novela en este enlace de su web.

 

FICHA TÉCNICA

Portada
Título: Las vidas robadas
Autor/a: Andrea Tomé
Editorial: Grijalbo
Páginas: 560
Año de edición: 06/2025
Precio: 23,90€ Rústica / 9,49€ eBook
ISBN: 978-8425370465

 

Andrea Tomé

Andrea Tomé

1994, Ferrol (La Coruña), España

Es autora, filóloga y profesional de la edición. Ha publicado más de diez novelas, entre ellas El valle oscuro (Plataforma Neo, 2017), ganadora del Templis a Mejor Novela Nacional Independiente, ambientada en Okinawa durante la Segunda Guerra Mundial, y Las diurnas (Umbriel, 2023), sobre la caza de brujas en la Inglaterra del siglo XVII. En 2018, su relato Siege, Siege, Siege, sobre el asedio de Budapest, fue publicado en la revista Ripple de la Universidad de Kingston.

Formada en Holocausto y genocidio por la Universidad de Nottingham y el Yad Vashem, es voluntaria en los Archivos Arolsen de la guerra.

Actualmente reside en Londres, donde trabaja en el sector editorial.

Fuente de la imagen de Andrea Tomé: penguinlibros.com