«Tiempo de espadas I. El nacimiento de un Guerrero» está ambientada en Northumberland. Matthew Harffy nos presenta a Hunlaf, un viejo guerrero que sintiendo cerca el final de su vida decide dejar plasmada su existencia, mientras pasa sus últimos días en la abadía donde vive. Así es como Hunlaf nos cuenta que él era un joven novicio en el monasterio de Werceworthe en la costa de Northumbria y cómo su vida cambió drásticamente.

Una mañana acompaña a su amigo y mentor, el monje Leofstan, a Lindisfarne para entregar unas pieles de cordero que están destinadas a ser utilizadas en el scriptorium. En aquel tranquilo escenario se encuentra Hunlaf, el terrible día en que hordas de vikingos devastaron y asesinaron, con una crueldad inimaginable, a cualquier persona que se encontraran y robaron toda pieza de valor que los monjes tuvieran en su monasterio. 

Hunlaf descubre ese fatídico día que tiene lo necesario para ser un guerrero, ni se esconde, ni se amilana, ni tiene miedo. En esa jornada mata a un hombre y se encuentra con sus propios demonios: ser un guerrero que reza o un monje que usa la espada, ese es el dilema al que se va a enfrentar.

Los personajes de «Tiempo de espadas I. El nacimiento de un Guerrero» son absolutamente fascinantes. Hunlaf es un personaje con el que seguir adelante tal y como es, notar su cerebro bullir ante las dudas o sentir el pulso de su sangre cuando entra en batalla. Leofstan, el monje que le hace de tutor y del que se va separando debido a las circunstancias, tendrá un papel importante en esta novela también. Runolf, un vikingo enorme y lleno de nobleza. Hereward el hombre que va a dirigir la defensa, al que el pequeño grupo de luchadores ha de seguir es un guerrero que piensa más con el corazón que con el cerebro.

La narración tiene un ritmo vertiginoso, furioso. Nos deja sin aliento. La historia avanza rápidamente manteniendonos atrapados de principio a fin. Desde el ataque inicial de los vikingos a Lindisfarne, el relato no da tregua llevando a los lectores a una serie de momentos muy intensos y emocionantes. Las batallas y enfrentamientos junto a la tensión contribuyen a que el ritmo sea rápido. A pesar de la velocidad en los acontecimientos, los lectores nos meteremos en la historia de una forma completa gracias a la habilidad de su autor Matthew Harffy.

Desde el ataque inicial de los vikingos a Lindisfarne, el relato no da tregua llevando a los lectores a una serie de momentos muy intensos y emocionantes.

En «Tiempo de espadas I. El nacimiento de un Guerrero» los personajes le dan sentido a la historia, sin ellos quizá no se hubiera conseguido una novela de tanta calidad. Los personajes secundarios como Leofstan o Runolf están tan bien desarrollados que me he encariñado con ellos. La narrativa en primera persona está tan bien hecha que nunca me perdí en la historia. Cada batalla, cada momento de lucha y cada victoria se sienten vívidos y reales. Harffy ha creado una atmósfera y un escenario tan detallado que se va a quedar en mí mucho tiempo. 

En resumen…

«Tiempo de espadas I. El nacimiento de un Guerrero» es una novela impresionante que me tuvo a sus pies desde la primera página. La ambientación histórica es realmente brillante, meticulosamente trabajada, me sumergió de lleno en la Inglaterra anglosajona y en las primeras incursiones vikingas. De ritmo rápido mantiene una tensión continua por lo que fue imposible que soltara el libro.

En mi opinión es una gran novela histórica. Tengo muchas ganas de que las siguientes entregas sean pronto publicadas en España, si no me equivoco es una trilogía. Para mí esta novela ha sido una auténtica joya y un gran descubrimiento.