Casandra, la del mito, tiene el poder de ver el futuro y saber lo que le pasará. Aún siendo la hija favorita del rey Príamo, no consigue ser escuchada en el mundo masculino. Tiene la desgracia de que sus profecías sobre la guerra de Troya o cualquier otra cosa, nunca eran escuchadas. Desafortunadamente, cuando termina la guerra es adquirida como esclava por Agamenón y es llevada hasta Micenas, donde también visualiza su fin y el del rey Agamenón. Pero nuevamente, no es escuchada y aquí es donde empieza su llanto amargo, su monólogo, su elegía.

Cuanto menos, un libro muy interesante de la Grecia Clásica, con el que se pude sentir el dolor y la desesperación de una mujer que nunca fue escuchada.

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