Isla de Wight, año 777, el séptimo día del séptimo mes nace el séptimo hijo de un séptimo hijo, lo que en aquella época era considerado una maldición. El nacido, Octavus, será un niño maldito, un endemoniado. Crece en un mutismo absoluto y su padre le acaba llevando a un convento, atemorizado ante la actitud del pequeño, para que se hagan cargo de él. Por casualidad descubren que el niño sabe escribir.
Julio 1947, una presunta nave extraterrestre se estrella en Roswell, estado de Nuevo México. Las alarmas se disparan y los teléfonos de los presidentes más influyentes de la época echan humo.
En la actualidad, en Nueva York, varias personas aparecen muertas en extrañas circunstancias y lo único que tienen en común es que recibieron antes de morir una tarjeta postal con un ataúd dibujado y una fecha escrita que coincide con la fecha en que mueren. Todo indica que hay un asesino en serie suelto por las calles de la gran manzana. Will Pipper es el miembro del FBI encargado de investigar el caso. Ha sido el encargado de llevar a cabo las investigaciones de algunos de los casos mas importantes de asesinos en serie de los últimos tiempos pero un problema con el alcohol y su actitud desafiante en unas ocasiones, apática en otras le ha bajado hasta el último escalafón en la jerarquía del Buró Federal y hace ya mucho tiempo que no se hace cargo de un gran caso. Este caso que nos ocupa llega a sus manos de rebote.
La biblioteca de los muertos es la primera parte de la trilogía que conforma la saga de Will Pipper y cuyo último título ha sido publicado en fechas recientes.
El pasado año tuve ocasión de leer La llave del destino y fue un libro que me resultó muy curioso por lo que de fantasía tiene y por las extrañas mezcolanzas de dos tiempos tan dispares entre si, pero me gustó. Esta novela que hoy nos ocupa vuelve a tener el mismo estilo narrativo, una forma de escribir que engancha al lector y que como el autor nos dijo en la entrevista que se le realizó, es su forma de escribir y el estilo que le gusta.
Narrándose en unas épocas tan diferentes y con unos personajes tan variados Glenn Cooper hila todas las historia de una forma magistral, teniendo el mismo valor una trama que otra. El ritmo de la novela es rapidísimo, pasa de un momento a otro con una agilidad fabulosa y el lector se deja arrastrar por esta corriente vertiginosa. Estamos ante una historia interesante y llena de intriga que no cesa en su interés en ningún momento. Los personajes de esta novela están muy bien definidos, son muy sólidos. Personalmente Will Pipper me ha gustado mucho, un malo malote que atrae al lector con todas sus características claramente descritas.
Un libro que en numerosas ocasiones me ha hecho plantearme qué haría yo si supiera la fecha predeterminada de mi muerte y la conclusión a la que he llegado es que me moriría al saberlo. ¿Y vosotros? ¿Qué haríais si supierais el día en que vais a abandonar este mundo?

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