Entrevista a Salvador Felip, autor de «El sueño de Justiniano»
Con su primera novela, “El ocaso de Bizancio”, Salvador Felip tuvo un gran éxito editorial, ahora, dos años después, se vuelve a acercar hasta los lectores con su segunda novela “El sueño de Bizancio”. Es sobre esta segunda novela sobre la que girará la entrevista que me propongo traeros hoy. Espero que os guste.
-Salvador, si no lo tengo mal entendido, compaginas tu trabajo como ingeniero aeronáutico con tu afición a la escritura, ¿cómo puedes compaginar estas dos facetas tan diferentes una de otra?
Comprendo que resulte raro. Sin embargo, a mí me parece algo natural. La escritura no está reñida en absoluto con la ciencia. Me atrevería a decir que la formación en ingeniería me aporta interés por la estructura y la lógica de la trama, por encontrarle un fin a cada acción de los personajes, y sujeta mi vena más imaginativa cuando se desborda.
-A simple vista y, al menos para aquellos que no somos eruditos en la materia, “El sueño de Justiniano” parece estar concienzudamente documentado ¿Cuánto tiempo pasaste buscando información para escribir tu última novela?
Unos dos años. Lo malo de las novelas históricas es que siempre hay algo más que aprender, siempre hay un nuevo libro que te aporta un poco más de información o un tema en el que poder investigar. El problema es que nunca llegas a un punto en el que puedes decir ‘ya sé todo lo que necesito’, por lo que las etapas de documentación se alargan. Por otro lado, El sueño de Justiniano me supuso un desafío extra debido a la variedad de campos sobre los que investigar: Medicina, arquitectura, senado, clase obrera, enseñanza, gastronomía, mundo del espectáculo, funcionariado… cada uno de ellos me abría puertas a aspectos totalmente nuevos de la sociedad de la época, y aunque resultó apasionante introducirse tan a fondo en el mundo bizantino, llega el momento en el que lo que te pide el cuerpo es sentarte en el ordenador y comenzar a escribir.
– En el libro acontecen hechos que yo no conocía como es el caso del conflicto que surgió entre los seguidores de las carreras (fácilmente comparable a situaciones futbolísticas de hoy en día), ¿cuánto hay de verdad y cuánto hay de fantasía a lo largo de toda la historia?
En cuanto a los hechos principales de la trama el 90% de lo que se cuenta está sacado de los libros de historia, incluso las partes más espectaculares son ciertas según la historiografía. De los personajes, la mayoría son igualmente históricos, por lo que lo único que ha salido de mi imaginación han sido las motivaciones de Justiniano para construir Santa Sofía y su implicación en la revuelta, junto con un puñado de personajes. Como en toda novela, siempre se cuenta con un margen para presentar los acontecimientos de forma que atrapen al lector y le ayuden a introducirse en el ambiente que se relata, pero he procurado ceñirme todo lo posible a la realidad que nos muestran los cronistas. En cualquier caso, para los más puristas he incluido una nota de autor al final del libro en la que detallo que partes en concreto son sólo ficción.
– En tus dos novelas te has centrado en hablar sobre el Imperio Bizantino. ¿Crees que esta época es o ha sido maltratada por la historia y por las aulas?
En mi opinión sí. Nuestra cultura es heredera directa de Grecia y Roma, pero hemos relegado de los temarios la parte oriental del imperio romano. La mayoría de los textos que nos llegaron a través de los árabes no eran sino copias de lo que el Islam conseguía de Bizancio. Su cultura influyó a través de toda la edad media y, pese a ello, es muy poco lo que se enseña en las escuelas. Desgraciadamente, no tiene pinta de que esa situación vaya a cambiar.
– ¿Por qué tú si te has fijado en ella? ¿Por qué esa “obcecación» con el Imperio Romano de Oriente?
Todo comenzó a raíz de leer la caída de Constantinopla en el libro ‘Grandes batallas del mundo occidental’ de Fuller. No sólo me pareció una historia increíble, en la que, pese a saber el final, daba la impresión de que aquella ciudad maltratada lograría resistir frente a todo lo que tenía en contra, sino que resultó un verdadero descubrimiento comprobar que ellos seguían llamándose a sí mismos romanos, que se sabían los herederos de una Roma perdida mil años atrás. A partir de ese hecho, que dio pie al final de la edad media, comencé a investigar la historia del imperio romano de oriente. Y pese a lo mucho que he leído no sólo sigo aprendiendo, sino que sigo sorprendiéndome de lo que encuentro en Bizancio.
– Nos muestras a Justiniano como un Emperador supersticioso, inseguro y sin escrúpulos, ¿qué es lo que admiras de este personaje de la historia?
El tesón con el que persiguió lo que consideraba su sueño, la tenacidad con la que trató de recuperar la antigua gloria del imperio. Quiso ser un gran emperador, tal y como se consideraba la grandeza en aquella época. A la hora de juzgarle hay que recordar que el pensamiento de ese tiempo no tiene nada que ver con el nuestro, y que actuaciones que a nosotros nos sorprenden eran perfectamente habituales antaño. Por otro lado, creo que tuvo un verdadero interés en lograr que triunfaran en su reinado la legalidad y la justicia, pese a que los acontecimientos muchas veces le impulsaran a romper sus propias normas.
– También describes a Teodora como una bailarina cercana a la prostitución en sus años jóvenes y que enamora a un emperador utilizando su cercanía al poder para vengarse de un pueblo que la humilló con anterioridad, pero también nos la muestras como una mujer valiente e inteligente que sabrá sacar a su marido de una más que probable muerte, ¿es real la representación que haces de este personaje o la has dibujado tú de esta manera por algún motivo determinado?
Teodora es uno de los personajes más fascinantes de mi novela, y fue ganando peso poco a poco respecto al papel inicial que tenía pensado para ella. He tratado de retratarla tal y como los cronistas de la época la describían, jugando con el lado oscuro de mezquindad, manejo oculto del poder, hedonismo y rencor que destila Procopio en su historia secreta, y la labor en apoyo de la mujer, el orgullo imperial, la visión para el gobierno, la valentía y la astucia a la que apuntan las biografías realizadas en el siglo XX. No sé si he logrado reflejar todos los matices de su complejo carácter, aunque espero haber hecho justicia a un personaje tan especial como Teodora.
– A través de las páginas de tu novela nos conduces por una Constantinopla llena de vida en sus calles, hechizante y peligrosa, con riquezas y con miseria. ¿Has descrito tal vez esta ciudad en la actualidad? Si no es así, ¿no crees que siguen existiendo muchos paralelismos entre la Constantinopla del siglo VIII y la del siglo XXI?
No, no he llegado a describirla en la actualidad, aunque visité Estambul hace unos años y quedé prendado de la ciudad. Ciertamente existen paralelismos entre ambas épocas, y uno de los más curiosos podría ser el interés en la historia reciente frente al olvido de su antiguo pasado. Para los romanos, el pasado griego de Constantinopla no era muy relevante, al igual que los actuales turcos no sienten demasiada curiosidad por el pasado bizantino de Estambul. Por otro lado, también hay diferencias importantes, pues la urbe de Justiniano era aún más cosmopolita para su tiempo que en la actualidad.
– ¿Habrá una tercera novela en la que se trate el final del reinado de Justiniano o has dado por finalizada su “vida” con este libro?
No tengo pensado otra novela sobre esa época histórica. No dudo que seguiré escribiendo sobre Bizancio, pero será en otro periodo. Tengo tres posibles historias que contar sobre el imperio romano de oriente, aunque también me apetece cambiar un poco de tercio y acercarme a la historia de España o, incluso, a la segunda guerra mundial. Pero no volveré al periodo de Justiniano, al menos de momento.
– ¿Estás trabajando en algo actualmente?
Siempre estoy escribiendo. En cierto sentido no tengo vacaciones, dado que me gusta tanto darle a la tecla que sólo lo dejo de lado cuando no tengo tiempo material para sentarme ante el ordenador. Mi intención es alternar la novela histórica con narrativa actual, de forma que mientras me documento para mi siguiente ‘ladrillo’ histórico escribo otras historias en las que todo surge de mi imaginación. Ahora mismo estoy enfrascado en una novela sobre la vida de un simple oficinista que se transforma en asesino en serie, algo muy alejado de lo que hacía hasta ahora pero igual de apasionante.
Ahora el “quick” test:
- ¿E-book o formato papel?
Papel hasta que compré el Kindle, ahora estoy encantado con mi libro electrónico.
- Primer título que recuerdas haber leído.
Probablemente uno de la serie de Los Cinco o del Club de los Siete Secretos.
- • ¿Con qué escritor que no seas tú te gustaría tomar un café?
Con demasiados. Arturo Pérez-Reverte, Gisbert Haefs, Blas Malo… Además, tomar un café conmigo mismo puede resultar algo aburrido, ya me he dicho todo lo que tenía que contarme.
- • ¿Con qué frecuencia lees?
A diario, sobre todo en el metro mientras voy y vuelvo del trabajo. En cuanto tengo un rato me engancho a la lectura.
- ¿Prestas tus libros?
Sí, e incluso alguno me lo han devuelto.
- Libro favorito.
¿Sólo uno? El señor de los anillos.
- ¿Crees que son caros los libros en la actualidad?
Sí y no. Los libros son caros (20-25 euros) Pero no debemos olvidar que existen alternativas más baratas. Los libros de bolsillo los encuentras a partir de 7 euros e incluso menos. Lo que sí me parece fuera de mercado es el libro electrónico.
Muchas gracias de corazón por esta entrevista, deseo que este año casi recién empezado te traiga muchas alegrías con “tu sueño” y que todos los seguidores seamos partícipes de ellas. Si tienes algo más que decirnos aquí tienes tu espacio…
Poco más puedo añadir, sólo darte las gracias a ti a todos los lectores por vuestro interés y por estar ahí, porque en realidad el alma de un libro está en quien lo lee.
Muy interesante la entrevista y al autor se le ve muy cercano.
Felicidades, Eva.
Gracias Ascen. El autor, al menos a mí, si que se me ha hecho muy cercano.
Hola Ea gracias, gracias por la entrevista, ya había visto el libro y es una gozada que nos acerques al autor, más aun cuando le preguntas por el ebook!!, yo también me acuerdo de los libros de los Cinco!!
La historia de Bizancio, Constantinopla, Estambul…siempre me parece apasionante!
un abrazo 😉
Maribel ¿quien que haya leído a los cinco no se va a acordar de ellos al leer la entrevista? Gracias a tí por estar ahí siempre.
Conocí este libro por tu anterior reseña, y me ha gustado saber algo más de él y de su autor.
Mis felicitaciones por la entrevista. Un abrazo.
Gracias Luisa.
Muy buena entrevista, Eva; y me han gustado sus contestaciones. Tomaré nota del autor 😉
Gracias Lamemermoor por la parte que me toca. A mí también me gustaron las respuestas, se «enrolló» bastante bien ¿no?
Muy buena la entrevista. Y una gran idea lo del quick test.
Gracias y gracias Hierba Roja, me encanta que os guste la idea.
Enhorabuena por la entrevista, aunque no conocía ni el autor ni el libro me ha parecido muy buena, muy interesante y amena. Felicidades. Muchos besos.
¡Me ha encantado esta entrevista! Muchas gracias por ofrecer algo tan interesante fuera de los «circuitos habituales».
También quiero unirme a las felicitaciones, me ha parecido estupenda la entrevista
Una entrevista maravillosa 😉
¡felicidades por la entrevista Eva! ¡muy interesante, como siempre!
un abrazo,
Ale.
Tres urras por la reportera más dicharachera de Barrio Sésamo, siempre te superas, porcierto a los,las que somos de ciencias por lo general nos gusta la buena Literatura, y a muchos incluso la mala. Felicidades y un beso
Al leer tu entrevista he recordado la Basílica de Santa Sofía, que visité este pasado verano: lamentable el estado de conservación en que se encuentra y que tuvo que ser de un gran esplendor por los restos que aún se pueden ver y lo monumental de su interior.