Nuevamente vuelvo a traeros un Episodio Nacional de Benito Pérez Galdós. En esta ocasión es el segundo Episodio, La Corte de Carlos IV, cuya lectura conjunta ha sido organizada, muy acertadamente, por Serendipia.

Otra vez volvemos a tener como protagonista a Gabriel en lo que parece ser una continuación del S.XVIII pero en realidad no es así ya que en este episodio las tropas francesas ya entran, físicamente, en España y de hecho en la historia de España del siglo XIX. Galdós combina la historia con la novela a partir de las memorias de Gabriel una vez más.

Gabriel tiene ya 14 años y comienza los juegos del amor. Su primer amor será bastante modesto: Inés, una modistilla que vive con su madre Doña Juana y con Don Celestino, su tío, un sacerdote lleno de sueños de grandeza.

En La Corte de Carlos IV veremos dos planos diferentes: el superior donde se mueven las figuras históricas, y la inferior donde juegan su papel el propio Gabriel junto con Amaranta, el marqués y otros personajes que pueden tener incluso mayor valía que los históricos.

Gabriel es el criado de una actriz, La González, quien anda enamorada del orgulloso actor Máiquez. Amaranta, condesa que según dicen se hizo retratar desnuda por Goya con lo que hemos de suponer que representa a la duquesa de Alba, es la mentora del muchacho quien aprende rápido y no de la forma que a la condesa le hubiera gustado.

Gabriel se ve envuelto en líos amorosos de otros mientras él, en su dulce juventud, pretende amar al mismo tiempo a la joven modista y a la condesa. De esta forma irá de un lado a otro, del teatro al palacio, de Madrid al Escorial soñando con aspiraciones de poder y riqueza mientras se mueve entre traiciones de todos los colores.

Paralelamente, en el plano histórico puro, nos enfrentaremos a las intrigas de la corte. El partido de Godoy, el favorito, intriga para no apearse del poder, para hacerse cada vez más rico, para manejar la situación política a su antojo…, pero también tenemos el partido del príncipe heredero, el futuro Fernando VII, quien intriga para obligar al rey, su padre, a que abdique ya que tiene prisa por alcanzar el trono. La intriga del príncipe saldrá ,al y no dudará en denunciar a sus amigos pero ya veremos como no cederá en sus pretensiones.

En esta ocasión la acción, por llamarla de alguna forma, tiene lugar en Madrid, un Madrid que parece una capital de provincias donde las clases sociales viven mezcladas y donde todo son felices como perdices. En aquella época su máxima diversión era asistir al teatro y llama la atención la forma en que Gabriel participa en los abucheos que se le brindaron a El sí de las niñas de Moratín. En esta novela nos daremos cuenta también como el ser afrancesado no era peyorativo sino que tenía que ver con el vestir con elegancia y admirar, desde la lejanía, las proezas de Napoléon.

Sólo me queda decir que, aunque es una novela entretenida, no la he disfrutado ni la mitad que lo hice con Trafalgar. Me da la sensación de que esta es una novela de transición necesaria, eso si, antes de llegar al meollo de la cuestión: la guerra de la Independencia, hasta entonces yo seguiré con mis lecturas esperando con ganas que llegue la lectura conjunta del tercer Episodio.

Te puede interesar...

La casa del nazi Bandera Negra Historia de una flor Los años del silencio Luz de Candelas