El pasado 3 de febrero tuve la suerte de asistir a una tertulia, en el mítico Café Gijón, con Álvaro Arbina, autor de La mujer del reloj, novela que, como ya sabéis si habéis leído mi reseña o la entrevista que me concedió, me ha gustado mucho y me ha sorprendido más.

Al encuentro acudimos algunos blogueros y Álvaro Arbina junto a Lucía Luengo, fueron los maestros de ceremonia. Lucía comenzó hablando y explicándonos la razón por la que habíamos sido citados en ese lugar. No había otra razón más que intentar retomar esas tertulias que se llevaron a cabo allí con personajes tan insignes como Pérez Galdós, Federico García Lorca, Valle Inclán o Camilo José Cela, entre otros muchos. Terminada esta especie de aclaración que servía más para saciar nuestra curiosidad que para otra cosa, Lucía nos contó que La mujer del reloj le llegó a su bandeja de email en forma de un primer capítulo, aclaró que a su email llegan en torno a cincuenta novelas cada semana. Le llamó la atención por la presentación que Álvaro había hecho de ella y se la pidió completa encontrándose con un thriller con misterio, una novela de iniciación y una novela histórica con el trasfondo de la Guerra de la Independencia. Nos dijo que todo el mundo ha quedado fascinado por la novela y que ahora es el momento de llegar a los lectores.

Álvaro, joven ante todo, se mostró muy tímido al principio, se le notaba fuera de lugar, pero es cierto que pronto se hizo con la situación y nos encandiló con sus palabras y con su saber ser y estar. Nos dijo que en esos momentos tenía que agradecer muchísimo y que se ha sentido muy arropado en todo momento. Toda esta situación le está resultando abrumadora y ha puesto en ello mucha ilusión y mucha pasión. Nos habló del proceso creativo de la novela, nos dijo como tenía una idea pero al final esta ha llamado a muchas otras que finalmente han formado la novela. La comenzó de una manera desinteresada. Julián ya existía en su cabeza y cuando ya estaba en cuarto curso de la carrera, se lo contó a su pareja quien le animó a que la retomara surgiendo así la idea de escribir La mujer del reloj. La novela le atrapó y sin darse cuenta comenzó a documentarse más y más, a despertarse en mitad de la noche y ponerse a escribir las ideas que le surgían para que no se le olvidaran. rescató lecturas que siempre le habían apasionado pero ahora no las leía por placer si no que las analizaba. Trabajó mucho para que la novela no desentonara en ninguna de sus páginas. Se documentó en muchos libros de historia para adquirir datos, estudios sociales ceñidos a esa época, actas de las Cortes de Cádiz, literatura de la época para poder empaparse de la voz y las expresiones. Sobre las batallas de Vitoria que aparecen en su novela nos contó que se había documentado en el archivo histórico de su ciudad y que, aunque se ha permitido alguna licencia, estas han sido pequeñas y hay mucho de realidad en la novela.

Estas y más cosas nos contó Álvaro que nos dejó boquiabiertos y pensando como un chico tan joven podía haber hecho todo lo que había hecho él. Conclusión: Es un cerebrito.

Una pena que mi AVE no me pensara esperar por lo cual tuve que salir antes del encuentro, justo cuando se había terminado la tertulia y comenzaba el cotilleo y las risas.

Un placer haber compartido estos momentos con Álvaro y con Lucía a la que agradezco sinceramente la invitación, y salí plenamente convencida de que Álvaro Arbina es un nombre al que deberemos de tener muy en cuanta en el futuro.