El tiempo que querría
Fabio Volo nos presenta con su última novela un viaje a nuestro interior. Un viaje de reflexiones y, en ocasiones, de lamentos por hechos que ya no tienen solución.
Narrado en primera persona, su protagonista nos habla de su vida en el pasado y en la actualidad. Su narración transcurre por dos caminos diferentes: el que tiene por protagonista a su padre y en el que la protagonista es su ex.
El protagonista nos cuenta la relación con su padre desde que era niño y anhelaba un abrazo o una caricia. Se queja del escaso afecto que su padre le muestra. Ante las dificultades económicas comienza a trabajar en el negocio familiar y no ve que se le sea agradecido además de darse cuenta de los problemas que atraviesa esa empresa.
En muchas ocasiones me he sentido identificada con el protagonista. De hecho compartimos casi la misma “quinta” y compartimos, de la misma manera muchos momentos y situaciones, como por ejemplo aquella época de finales de los 80 y principios de los noventa en los que si no llevabas ropa de marca no era nadie y, de esta manera, pertenecías al grupo de los “apestados”. Lo que primaba era pertenecer a un grupo y si eras de los pijos…mejor. Sin embargo también existían esos otros “apartados” a los que no se nos veía, aquellos a los que en casa no se podían permitir el lujo de despilfarrar. Es curioso como cuando el tiempo avanza, todos estos traumas de adolescencia los ves de otro color, te ríes de ellos y te alegras de ser como eres y de haber luchado por lo que tienes, reconociendo del sudor de donde viene. Me ha resultado muy entrañable esta parte dedicada a la juventud del protagonista y su relación con su padre.
Por otro lado tenemos la relación amorosa. El protagonista está enamorado de una mujer que ya no le pertenece. Él comprende que, tal vez, no ha sabido amarla. Esta parte de la novela no me hs gustado demasiado. El autor pone en boca del protagonista y de su mejor amigo un vocabulario soez, burdo, machista y no sé cuántos calificativos más podría atribuirle. Quizás sean las conversaciones que tienen lugar entre machos, no sé, no suelo estar presentes en ellas. Esto un hecho totalmente innecesario desde mi punto de vista. Una novela no está mejor escrito porque se alce con el sexo como bandera. Soy de la opinión de que si se quiere escribir sobre sexo pues lo mejor es que el autor se dedique a la novela erótica pero si no, no tienen porque meternos estas dosis de “acción”. A mí, personalmente, cuando me encuentro con escenas de este tipo, así de vulgares, me entorpecen su lectura. No lo entiendo.
De todas formas, “El tiempo que querría” puede llegar a ser un espejo para nosotros, un viaje a nuestro yo pasado, una aventura para conocernos mejor y para saber que lo que pensábamos que sólo nos pasaba a nosotros, les estaba pasando al mismo tiempo a millones de adolescentes. Una novela que invita a la meditación.
Me llama la atención este libro desde el día que ví que os lo mandaron con reloj de arena incluído. A ver si me animo!
Muchos besos!!
Pues si te animas nos cuentas, Maria.
He leído buenas reseñas de los dos libros que tiene. A ver cuándo puedo leer alguno. bsos!
Yo sólo he leído este Rosalía pero parece ser que en su país ha tenido mucho éxito no sólo como escritor.
Me leí hace un montón de tiempo «Un día más» del mismo autor y me gustó bastante. El libro del que hablas tú lo he visto varias veces pero aún no me he atrevido a comprarlo. Quizás caiga en la Feria del libro de este año… no sé.
Besos!
¿Ha caido al final Narayani?
Yo no lo he leido, aun lo estoy decidiendo. Sobre hablar de sexo en los libros, no creo que deba ceñirse solo a novela estrictamente erótica. Recientemente he leido Plataforma de Michel Houellebecq, premio Gouncourt 2010 por otra obra. En esta obra y en otras suyas el sexo esta muy presente y no hacen la lectura vulgar. El sexo es parte de nuestras vidas. Hay muchas formas de abordarlo y todas validas.
Adam, quizás no me haya explicado bien pero no digo que el sexo no tenga que estar presente en novelas que nos ean eróticas sino que algunas expresiones y descripciones si que estan de sobra en novelas que no lo son.
Ya había visto este libro en otro blog y no se ve mal pero tampoco me ha llenado! Y estoy de acuerdo con las escenas de sexo en los libros, me encantaría no leer esas partes pero si no te pierdes con la lectura! Lástima! Porque todo eso es innecesario!
Pues Shanny como tú veas porque para gustos no hay nada escrito, a mí desde luego me sobran ciertas escenas.
Yo, pese a ser algo más joven que tú y el protagonista, también me he sentido identificado con él en varios comportamientos con su padre y su novia.
Creo que el autor hace de éste aspecto la verdadera esencia de la novela, que a mi me ha gustado mucho.
Saludos!
César supongo que ha habido generaciones que no han cambiado tanto de unaas a las otros y por eso creo que tu también te has podido sentir identificado. Desde luego es lo que a mí más me ha gustado.
A mí me ha gustado mucho, sobre todo el final, la verdad, pero si algo me sobra, quizás es la erudición de Nicola en lo que a mujeres se refiere y ese «tonito» en las conversaciones entre los dos amigos. Como a ti, a veces si me ha parecido algo ordinario, la verdad, por lo demás me ha gustado sobre todo la historia entre padre e hijo. A ver si cuelgo mi reseña la próxima semana.
Un abrazo
La relacion padre-hijo es realmente hermosa en el libro Bookworm y me alegro en que estemos de acuerdo en los tonitos de los machos latinos.
El tiempo entre costuras, El tiempo mientras tanto, El tiempo que querría…
¡Definitivamente el tiempo está de moda!
Y ¡como pasa el tiempo, Ismael!
Tiene muy buena pinta…
Pues ya sabes Hierba roja…
Lo tenía ya en mi lista de posibles pendientes, pero después de tu reseña definitivamente lo quiero leer, tiene muy buena pinta y sobre todo porque me gustan los libros que te hacen meditar y replantearte cosas, así que espero poder leerlo pronto
Cuando lo hagas, Tatty, nos cuentas si no es mucho pedir, ¿vale?
Tiene pinta de ser una novela bastante profunda. Muak
Alhana, hombre, bastante, bastante no sé yo qué decirte, la verdad pero algo sí.