«La sangre del padre», de Alfonso Goizueta y Finalista Premio Planeta 2023, nos acerca la figura de Alejandro Magno a los amantes del conquistador o a los que poco sepan de él. Sin embargo, se aparta de lo que podríamos esperar de una historia sobre uno de los conquistadores más célebres de la historia. En lugar de sumergirse en épicas batallas o en complicadas maniobras políticas, la novela traza un perfil íntimo y a menudo sombrío de Alejandro, enfocándose en las relaciones, especialmente con su madre, Olimpia, y en cómo estas le afectan en sus decisiones y en su modo de ver el mundo.

Encontramos a un Alejandro, influenciado por figuras maternas fuertes, primero en Macedonia y luego en Asia. Olimpia es un lastre emocional constante para él, y la madre de Darío, Sisigambis, viene a llenar ese espacio en su viaje en Asia, ejerciendo una influencia a veces implícita, otras apenas perceptible, pero de gran importancia en la vida del joven rey. Goizueta opta por este enfoque intimo, centrando el desarrollo en personajes y en conflictos internos, dejando en  un segundo plano los aspectos más bélicos y la estrategia militar que rodearon la vida de Alejandro.

Para quienes busquen una novela épica, es probable que esta no cumpla sus expectativas, pues «La sangre del padre» no se centra en la crudeza de las batallas. Tampoco nos ofrece grandes descripciones de las tácticas o de las conquistas sino que explora a Alejandro como un personaje lleno de miedos, contradicciones y un desorden interno que contrasta con la imagen habitual de un líder casi legendario. En ese sentido, Goizueta juega con la psicología del protagonista, pintando un Alejandro que lucha no solo en el campo de batalla, sino también con los traumas de una juventud complicada y una relación paternal marcada por el desprecio y la condescendencia. Ciertamente, yo esperaba encontrar, una vez más, al mito, al héroe y ha sido una verdadera sorpresa encontrarme al mítico conquistador con esta imagen. 

…un Alejandro que lucha no solo en el campo de batalla, sino también con los traumas de una juventud complicada y una relación paternal marcada por el desprecio y la condescendencia.

Sin embargo algunas decisiones narrativas resultan algo desconcertantes. Pocos detalles del contexto, poca ambientación y falta de algunos personajes importantes en la vida de Alejandro Magno. Al mismo tiempo he echado de menos una mayor profundización en los amigos de Alejandro ya que, al fin y al cabo, le acompañaron toda su vida y fueron su sombra, no solo traidores o envidiosos seres que confabulan contra su señor. Si bien el autor tiene derecho a hacer su interpretación de Alejandro, algunos lectores podemos considerar que esta interpretación se queda corta en cuanto a la profundidad de los personajes secundarios, muchos de los cuales aparecen como figuras planas sin mucho desarrollo o carácter distintivo.

Además, la prosa de Goizueta refleja todavía una voz en evolución. A lo largo de la novela, la narrativa oscila entre un estilo sencillo y momentos de apogeo lírico. No obstante, la novela se lee de manera fluida y va ganando en estilo conforme avanza. 

En resumen…

«La sangre del padre» presenta una versión introspectiva y alternativa de Alejandro Magno que algunos disfrutarán por su enfoque personal y psicológico, mientras que otros pueden sentirse decepcionados por la falta de la monumentalidad épica esperada. Goizueta crea un universo en el que Alejandro es joven y vulnerable, más humano que mito, y quizás, para algunos, eso sea motivo suficiente para sumergirse en sus páginas.

Podéis leer un fragmento de la novela en este enlace de Planeta en su web.

 

 

Fuente de la imagen de Alfonso Goizueta: planetadelibros.com © Mónica de la Mora

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