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Príncipe Flashman

Príncipe Flashman, de George MacDonald Fraser

Una segunda entrega con más descaro, más líos y el mismo bribón de siempre. Cuando terminé «Flashman» la primera novela de esta fantástica saga, tuve muy claro que el protagonista era un sinvergüenza de los que ya no se estilan: cobarde, mujeriego, traidor, oportunista… y absolutamente irresistible en la literatura. No como modelo a seguir, desde luego, pero sí como voz narrativa. Así que no me quedó más remedio que continuar con las aventuras de Harry Flashman. Y he aquí que «Príncipe Flashman», la segunda entrega de la serie no solo no decepciona, sino que confirma lo que ya intuía: George MacDonald Fraser creó un personaje memorable que se crece en medio del caos y huye en cuanto asoma el peligro.

En esta ocasión, Flashman es chantajeado por el ambicioso Otto von Bismarck y arrastrado a una peligrosa conspiración internacional. El plan: hacerse pasar por un príncipe germano, Carlos Gustavo, en una ficticia nación de centro Europa para garantizar una boda de estado que estabilice el equilibrio de poder europeo. Por supuesto, nuestro cobarde favorito no está muy por la labor, pero la amenaza de ser ejecutado y la promesa de una gran cantidad de dinero, le ayudan a cambiar de opinión. En medio del enredo aparece una figura real tan fascinante como explosiva: Lola Montez, cortesana, bailarina, espía y, por encima de todo, una mujer que no olvida jamás. Flashman la conoció años atrás… y la ofendió de forma memorable. Ahora es ella quien tiene las cartas. Y el juego no va a ser limpio.

Esta vez, la historia nos lleva de la mano desde la Inglaterra victoriana (donde se siente agobiado al haber «invadido» su casa la familia política) hasta un imaginario —pero muy reconocible— país centroeuropeo, donde Flashman se ve envuelto en una intriga política al más puro estilo «El prisionero de Zenda», novela con la que «Príncipe Flashman» mantiene un guiño evidente. Es más, el propio autor no esconde que se ha inspirado en esa obra para construir parte de la trama. Aquí no hay dobles lecturas filosóficas: lo que hay es una aventura trepidante, contada con el habitual tono sarcástico y con un humor tan británico como el té con leche.

Príncipe Flashman, de George MacDonald Fraser

Uno de los mayores aciertos de esta novela es que Fraser no se desdice. No intenta redimir a Flashman ni lo convierte, como hacen otros autores con sus pícaros, en un héroe a su pesar. No. Aquí nuestro protagonista sigue siendo el mismo caradura que conocimos en la primera novela: huye del peligro, miente sin rubor, traiciona con una sonrisa y se deja arrastrar por los acontecimientos sin apenas levantar una espada… a menos que no le quede más remedio.

Y, sin embargo, es imposible no rendirse a su encanto literario. Porque Flashman es un tipo que sabe reírse de sí mismo —aunque con ciertos límites— y que se confiesa ante el lector con una honestidad tan brutal que acaba resultando cómica. Su cinismo es tan grande que ni siquiera intenta justificar sus acciones: simplemente cuenta lo que pasó, cómo se libró por los pelos, y cómo los demás acabaron creyendo que era un héroe. 

«Príncipe Flashman» sigue el mismo esquema que su antecesora: parte de hechos históricos o figuras reales (como Otto von Bismarck o Lola Montez) y los entreteje con la vida ficticia de Flashman, haciendo que este se cruce, por pura casualidad, con grandes acontecimientos de la Europa del siglo XIX. La diferencia aquí es que la acción se concentra más en un solo escenario y en una sola trama: el enredo diplomático y romántico que obliga a Flashman a hacerse pasar por un príncipe (con el consiguiente riesgo de acabar degollado, claro está).

…nuestro protagonista sigue siendo el mismo caradura que conocimos en la primera novela: huye del peligro, miente sin rubor, traiciona con una sonrisa y se deja arrastrar por los acontecimientos sin apenas levantar una espada… a menos que no le quede más remedio.

Fraser domina el arte de la ambientación sin caer en el aburrimiento. Cada descripción, cada diálogo y cada situación tienen un propósito: hacer avanzar la historia mientras nos reímos —a veces a carcajadas, a veces con una sonrisa torcida— del desastre que se va cociendo. La sátira política es afilada, pero no remata. Y la crítica a la hipocresía de la nobleza, del ejército o del sistema imperial británico está tan bien envuelta en humor que uno apenas se da cuenta de que le están diciendo verdades como puños.

Si algo debemos tener muy claro es que Fraser escribe con inteligencia. Aunque la novela se lea como una aventura cómica, hay mucha documentación detrás. No es necesario conocer la historia europea del siglo XIX para disfrutarla, pero si sabes algo del contexto político de la época, verás que hay más capas de las que aparenta. Además, el estilo del autor, lleno de frases largas, ironía y referencias culturales, exige cierta atención. No es una lectura superficial, aunque sí muy entretenida.

Sin duda seguiré leyendo las aventuras de Flashman porque, aunque lo deteste como persona, me fascina como narrador. Y porque necesito saber en qué nuevo lío acabará metido, qué mujer le hará temblar las rodillas (para bien o para mal) y qué nueva medalla acabará recibiendo… por méritos que, desde luego, no ha ganado. Flashman es un pícaro del siglo XIX con voz de siglo XX, y quizás por eso funciona tan bien todavía hoy.

«Príncipe Flashman» es una novela deliciosa para quienes disfrutan de la Historia con una buena dosis de humor negro y un protagonista que no se parece a ningún otro. Fraser ha conseguido lo que parecía imposible: que un cobarde redomado se convierta en uno de los personajes más atractivos de la narrativa histórica. No es fácil reírse del pasado sin perder el rigor ni caer en la caricatura pero él lo logra. Y yo, encantada. 

 

FICHA TÉCNICA

Portada
Título: Príncipe Flashman
Autor/a: George MacDonald Fraser
Traductor/a: Ana Herrera
Editorial: Ático de los Libros
Páginas: 336
Año de edición: 05/2025
Precio: 22,95€ Cartoné / 10,44€ eBook
ISBN: 9788419703804

 

George MacDonald Fraser

George MacDonald Fraser

1925, Carlisle, Reino Unido

(Carlisle, 2 de abril de 1925 – Isla de Man, 2 de enero de 2008). Sirvió en el ejército británico durante la Segunda Guerra Mundial en un regimiento escocés en la India y Oriente Medio.  Trabajó como reportero para diversas publicaciones de su país y de Canadá, obteniendo fama como novelista y como guionista. Fue nombrado Oficial de la Orden del Imperio Británico en 1999.

Es famoso sobre todo por la serie de novelas históricas de Harry Paget Flashman, escritas supuestamente por Harry Flashman (Royal Flash, ¡Tres hurras por Flashman!, Flashman a la conquista de Abisinia…), un cobarde y matón de ficción creado originalmente por Thomas Hughes en su libro Tom Brown’s School Days. Los libros se presentan como «paquetes» de memorias escritas por un nonagenario Flashman, que recuerda sus tiempos de héroe del ejército británico durante el siglo XIX. Son novelas que destacan por sus adecuadas ambientaciones históricas.

Fuente de la imagen de George MacDonald Fraser: sin imagen.


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