Úbeda. El reencuentro con la vida
Tengo una cita en el año a la que ni mi cuerpo ni mi mente quieren faltar.
Úbeda y su certamen de Novela histórica me dan la vida y me cargan las baterías para sobrevivir en este mar lleno de tiburones que es el día a día. Úbeda es el lugar en el que la Historia revive, donde los libros hablan y donde la gente encuentra un hogar.
El Certamen Internacional de Novela Histórica abrió sus puertas el día 5 de octubre. En ese momento la magia empezó a salir por todos los rincones de la ciudad Patrimonio Cultural de la Humanidad. Repartidas entre el Salón de la UNED, el Hotel Alvar Fañez y el Palacio de Úbeda, las presentaciones de novelas históricas se sucedieron a un ritmo de vértigo. Los autores Alan Pitronello, Mario Villén, Santiago Posteguillo, Victor Fernández Correas, Paloma Orozco, Nieves Muñoz, Santiago Mazarro, Yeyo Balbás, María Reig, José Luis Corral, Juan Francisco Ferrándiz, Mario Escobar, la portuguesa Isabel Stilwell, David B. Gil, Dativo Donate, la argentina Viviana Rivero, Olalla García, Marcos López Herrador, Paloma Sánchez Garnica y Espido Freire se dieron cita en un certamen que es la envidia de todos.
El número de presentaciones y la calidad de los autores es simplemente magnífico
Llegar a Úbeda significa que la adrenalina se te dispare y te pongas como las motos: una presentación a la que acudir, otra en la que eres tú quien presenta, ahora hay firmas, luego recreaciones… No puedo negar que Úbeda me da la vida pero también me devuelve a casa hecha unos zorrillos.
Esta undécima edición, se ha adelantado la fecha del Certamen. Si este venía celebrándose en el mes de noviembre, este año ha tenido lugar a principios de octubre lo que para mí ha sido todo un acierto. La temperatura ha sido buena y la luz del día nos ha acompañado en presentaciones y recreaciones.
Qué decir de esos lectores y oyentes del podcast que se han trasladado desde ciudades como Valencia para vivir esta experiencia, o ese chaval de quince años que hizo a sus padres que le llevaran hasta Úbeda para que Alan Pitronello le firmara su nueva novela.
Esa magia, esa magia es lo que tiene Úbeda dónde todos somos una familia, donde nos sentimos queridos y miembros de esa comunidad de locos lectores.
Hay que resaltar que los autores que han llenado en sus presentaciones han sido Santiago Posteguillo y Paloma Sánchez-Garnica. En mi caso elijo el resto ya que a estos dos autores los he leído en más ocasiones y me quedo con las interesantes historias y detalles curiosos de ellos, como por ejemplo Santiago Mazarro, que el jueves nos presentó su novela «El fuerte de la Florida» que, como en su anterior novela, hace hincapié en la presencia e importante participación española en la Historia de Norteamérica. Este día también, Marcos López Herrador presentó su novela «El final de los días». Nada puedo decir de ella pues aún estaba en camino.
El viernes pudimos disfrutar de las ideas tan claras de Alan Pitronello sobre el papel de los españoles en la Historia mientras presentaba su segunda novela «Vientos de conquista», una presentación en la que nos dijo que la novela es un larguísimo viaje desde España hasta Nueva España. Entre sus declaraciones destaca esta cuando dice que «no hay defensa de la conquista pero también llegaron personas que intentaron hacer las cosas de otra forma» citando a Fray Hernando De la Cruz quien aprendió el idioma para poder evangelizar. Alan también nos contó que él escribe novelas de personajes, novelas humanas y que está seguro de que si leyeran su novela en su país natal le tacharían de españolista pero, una vez más defiende que la historia hay que razonarla pensando en el momento en que transcurre.
Justo después le toco el turno a la sensibilidad y sentido del humor de Nieves Muñoz con su novela «Las damas de la telaraña». La presentó su editora y se dio lugar a una presentación muy divertida donde todos reímos y donde a muchos se nos cayó una lágrima cuando Nieves presentó a los Pelochos, mascotas de la UCI neonatal donde ella trabaja Se emocionó hablando de sus sentimientos hacia su trabajo y su agradecimiento a sus compañeras. También habló de su novela, por supuesto, y nos contó que ella crea personajes con virtudes y con defectos, que le gusta contar la historia de los que no aparecen en los libros: prostitutas a pie de calle, prostíbulos en el frente de guerra, redes de espionaje con las prostitutas… Para quien no la hayáis leído, «Las damas de la telaraña» se desarrolla en varios lugares del mundo, a lo que le preguntaron si ponía chinchetas en el mapa y ella, entre risas, dijo que no pero que sí estaban llenos de post it. También nos comentó que «Las damas de la telaraña» no fue el primer nombre que tuvo la novela, que el título original era «Los límites de la cordura», pero le hicieron ver que no era un nombre para una novela histórica. Ha intentado transmitir en su novela que la gente es capaz de hacer lo peor, pero también lo mejor.
Después fue el turno de Santiago Posteguillo que, como ya os he dicho llenó el salón de Palacio de Úbeda y a la que yo no pude asistir por falta de asiento. Mi cámara, es decir, mi santo esposo, si aguantó estoicamente de pie la presentación del evento y por ello podéis ver el video en mi página de Instagram.
Después le tocó a José Luis Corral y sus sentencias del tipo de que las fuentes históricas mienten muchísimo o que la batalla de Covadonga no existió y se inventó cien años después, mientras nos hablaba de su novela «Matar al Rey» que tiene como protagonista a Alfonso XI. En recientes fechas, concretamente el 13 de octubre, salió a la venta el final del binomio de novelas. Me gustó mucho su presentación, dijo cosas muy claras y entre ellas aseveró: «entendemos el presente si conocemos la Historia, podemos mejorar el futuro si conocemos la Historia».
Juan Francisco Ferrándiz, puso punto y final a la jornada del viernes cuando le entregaron el premio Cerros de Úbeda que ha ganado por su novela «El juicio del agua», novela que ha gustado mucho al público en general y que nos presentó las leyes medievales o el derecho romano en esta obra donde nos muestra las injusticias que se sufrieron.
Comenzamos la jornada del sábado viajando al Japón feudal con Paloma Orozco, la primera presentación del día correría a cargo está polifacética mujer autora de la novela «La hija del loto», donde, como ella nos dijo, encontraremos samurais pero no será esta una novela de guerra si no de guerras interiores. También nos contó que el final de la novela varió y que eso sucedió porque cambio algo en su vida y que este final de su novela es un nuevo principio para ella. Casi seis años le ha llevado escribir esta obra que es muy visual y nos insinuó una posible segunda parte.
Después, el periodista David Yagüe presentó a un Mario Escobar que habló de muchas cosas interesantes para los allí presentes y que se llamó a sí mismo escritor profesional porque escribe para vivir. Fue una charla muy interesante que me tuvo completamente inmersa en ella.
Isabel Stillwell presentó en un español más que correcto, aunque ella dijera que no, su novela «Dos hermanas para un rey». Una conversación muy agradable en la que nos dio ganas de empezar a leerla.
El momento culminante del Certamen cada año
A las 12.15 se procedió a la entrega a Yeyo Balbás del Premio de Novela Histórica Ciudad de Úbeda por su novela «Cova Dónnica». Una aventura que nos lleva hasta el año 717 donde toda la península está bajo dominio musulmán.
Por la tarde tuvo lugar una muy interesante mesa de editores de novela histórica en la que estuvieron presentes Penélope Acero de Edhasa y Carlos Alonso de Pàmies. Estaba anunciada la presencia de Claudia Casanova de Atico de los libros, pero en el último momento tuvo un imprevisto que le impidió estar presente.
Después fue el turno de David B Gil, autor en el que muchos teníamos un enorme interés, describiendo la trama de su novela «Forjada en la tormenta». Nos contó la historia de los rastreadores samuráis especializados en dar caza a los que se hacían los muertos en el campo de batalla y luego huían de este. También nos dijo que necesita que sus protagonistas sean personajes inadaptados, trabaja mejor con ellos.
La encantadora y jovencísima María Reig presentó su novela «Los mil nombres de la libertad» en el Palacio de Úbeda, nos habló de esta y de hechos curiosos con los que se ha topado, como un personaje que trabajaba en las caballerizas de Fernando VII que más tarde se convirtiría en, prácticamente, la mano derecha del rey. Nos cuenta que intenta quitarle en su novela el carácter misterioso que siempre acompaña a la masonería del siglo XIX y afirma, sin duda alguna, que la vuelta del rey a España supuso un retraso muy importante para el país que, entre otras cosas, había perdido la libertad.
Después fue el turno de la argentina Viviana Rivero, quien presentó su novela «El alma de las flores». Poco puedo decir de esta presentación pues me ausenté para preparar la siguiente presentación que, por casualidad, me tocaba a mí.
Así se dio paso a Mario Villén, presentando su nueva novela «Ilión», basada en «La Ilíada» de Homero y que parecía un niño con zapatos nuevos. Los nervios no le traicionaron y supo atraparnos a los que allí estábamos en su novela. No fueron pocos los que después salieron a comprar un ejemplar. Defendió a Helena como a una mujer que debía tener los mismos derechos que el venido a menos Héctor. No nos aclaró mucho las cosas respecto a la relación de Aquiles y Patroclo pero sí nos dijo que era una nueva lectura de «La Ilíada». Que él había hecho una novela totalmente diferente a la original.
El domingo Dativo Donate, presentó su trabajo «La isla de Caravaggio» y nos mostró su entusiasmo con esta novela, nos prometió una pluma hecha a mano a todos los asistentes y cumplió su palabra.
Olalla García fue la siguiente que presentó su novela. Olalla es tan mágica que nos atrapó a todos dentro de un orbe de tranquilidad absoluta aunque hubo conatos de enfado en cada ocasión que Olalla nos contaba la terrible vida de Francisca de Pedraza la protagonista de su novela «La buena esposa».
Después tuve el honor de ser la maestra de ceremonias en la presentación de «Mühlberg» y disfrutar de la afabilidad de su autor, Victor Fernández Correas quien apareció con un morrión de los tercios y su genial camiseta diseñada por el ilustrador y dibujante Jorge Crespo Cano. Victor no dejo caer ni una migaja de lo que será su próxima novela que todos estamos deseando leer ya. Si habló de sus personajes, de todos y cada uno de ellos no dejando la menor duda de que todos ellos son fabulosos y necesarios en su novela. Fue una presentación distendida y relajada.
Finalmente, Paloma Sánchez-Garnica que recibió el premio Ivanhoe en el Hotel Palacio Úbeda. Nuevamente no pude pasar pues las presentaciones iban encadenadas y la de Paloma estaba hasta la bandera. La próxima ocasión pagaré a alguien para que me guarde el sitio.
Al día siguiente, lunes los lectores mantuvieron un encuentro con la escritora Espido Freire. Huelga decir que yo ya estaba trabajando en mi ciudad.
Me quedo, sobre todo, con las emociones de esos escritores que llegaban por primera vez a Úbeda, o los que habían publicado novela en esos mismos días y cuyos nervios les delataban. También quiero destacar su afabilidad y es que parece que este año se ha hecho una selección de buenos escritores que además son buenas personas.
Ha sido una edición tan emocionante que el listón para la siguiente se ha puesto muy alto
Ningún certamen de novela histórica en España supone lo mismo que el Certamen de Novela Histórica de Úbeda. El hecho de que la literatura esté en la calle es de un gran valor. Que escritoras y escritores pasen el rato con otros compañeros y pongan sus temas en común le da una riqueza exquisita. Que medios de comunicación y autores nos sentemos en la misma mesa o nos tomemos una copa con ellos en La Beltraneja por la noche, o donde esté abierto, es algo que roza la fantasía y sueños de todo lector.
El director de todo esto, Pablo Lozano, merece ahora un descanso de meses. Toda su implicación y del equipo que le acompaña y todas las ilusiones que transmiten han tenido un valioso resultado. Es difícil mejorar esta edición pero algo harán. Estoy segura de que conforme cerraron la edición ya estaban pensando en la duodécima. Yo ya estoy contando los días.
Sarna con gusto no pica y esta es de las que se le quedan en la piel