A los que nos gusta la novela histórica tenemos una cita, cada año, en Úbeda. El Certamen Internacional de Novela Histórica, en su duodécima edición, ha vuelto a unir a escritores, medios de prensa y lectores en una unión perfecta.

Una de las mejores cosas que me han pasado en este certamen ha sido el reencontrarme con mis compis de podcast: Pedro P. Uceda, David Yagüe, Yolanda Rocha, Pablo L. Antonelli y la benjamina del equipo Ren Momoko pero también el conocer a oyentes del podcast que nos llamaban por nuestros nombres. Recuerdos especiales a Manuel y Manuela que fueron desde mi tierra hasta Úbeda para conocer el certamen en persona. Si a todos ellos les hizo ilusión ni os cuento la nuestra que nos queríamos fotografiar con ellos. Si queréis seguir el podcast del certamen podéis hacerlo a través de estos enlaces en Spotify o iVoox.

Con un elevado número de autores/as invitados, esta edición ha tenido que luchar contra los elementos. Una borrasca invadió Úbeda (y otros sitios de España también) y la lluvia nos acompañó los dos primeros días grandes del Certamen. Esto es minucia para Pablo (creador del evento) y todo su equipo, nada pudo pararlos, ni la ausencia del escritor Carlos Serrano, cuyo avión no llegó a salir por cuestiones atmosféricas, ni el retraso en la llegada del autor italiano Andrea Frediani que se encontró con una huelga de controladores aéreos en Italia y tuvo que venir un día después, lo cual es de agradecer pues nunca se planteó ausentarse del evento por estos motivos.

Del 17 al 22 de octubre, tuvo lugar, en diversos escenarios de la ciudad patrimonio de la Humanidad, la presentación de muchos autores con sus nuevos libros (algunos recién salidos del horno).

El miércoles 17, Helena Montufo, una jovencísima autora, presentó su «El sanatorio de las almas perdidas». El jueves, día en que el diseñador gráfico del blog (mi marido) y yo llegamos, tuvo lugar un encuentro España-Latinoamérica en vivo y en streaming,  Países de los dos lados del charco estuvieron presentes.

Después tendría lugar el acto al que yo tenía enormes ganas de asistir, la entrega del Premio Ivanhoe a la escritora Lindsay Davis, creadora del mítico investigador privado de la antigua Roma Marco Didio Falco. Muy emocionada recibió este premio y con lágrimas en los ojos agradeció al público asistente su presencia y  los continuos aplausos que incluso tuvieron un bis.

Llegó el viernes y comienzó la vorágine de autores:  Laura Martínez Belli representando a la novela histórica en México, Toni Montserrat que nos presentó su opera prima «Isla negra», Viviana Rivero que presentó «Apia de Roma» y Elena Bargues, ganadora del X Premio de Novela Histórica Ciudad de Úbeda que presentó su última novela «La fuente del francés».

Llegamos al día grande, el sábado. Ese día se madrugó para asistir a la presentación de Nuria Sauch y su novela «El sueño liberal». Tras esto tuvo lugar la presentación de Ana B. Nieto, y su novela «Luz de Candelas», quien habló muy entusiasmada de su libro y, además, se marcó unas coplas ante el público, muy bien cantadas, por cierto.

Tocó el turno del aclamado Luis Zueco, amigo del Certamen desde el principio, que ha vuelto a visitar Úbeda para presentar su última novela «El tablero de la reina» ante un alto número de personas que asistieron.

Después de esto comenzó una charla sobre la novela histórica argentina con la participación de Roberto Lapid y María Rosa Lojo.

Luego tuvo lugar una presentación que levantó mucha expectación, Carmen Mola, es decir Antonio Mercero, Jorge Díaz y Agustín Martínez. Unos minutos para firmar y luego la presentación de su última novela «El Infierno».

Pero aún seguían cosas buenas. Ante un elevado número de asistentes, David B. Gil recibió el premio Los cerros de Úbeda a la mejor novela publicada en 2022 por su novela «Forjada en la tormenta», de la cual aquí podéis leer mi reseña y aquí una entrevista que realicé al autor sobre la misma.

Por la tarde, asistimos a la presentación de «El tesoro de La Girona», de Javier Pellicer, un interesante relato sobre un soldado de los Tercios españoles que naufraga en Irlanda tras la derrota de la arma invencible.

Después fue el turno de Carlos Fidalgo con «El baile del fuego», el gran Santiago Castellanos y su última novela «Rey de los godos», el italiano Andrea Frediani con «El último César» y el autor tinerfeño José Zoilo con su última novela.

Llegó el domingo y con él el final de esta duodécima edición, pero antes de decir adiós tuvimos la oportunidad de escuchar a Andrea D. Morales, una jovencísima autora que presentó su novela «La dama de la judería», a Juan Tranche que nos llevó al mundo de las gladiadoras para hablarnos de su última novela «Gladiadoras» y, finalmente a Espido Freire que habló de su última obra «La historia de la mujer en 100 objetos». No puedo olvidar al periodista y amigo David Yagúe quien, junto a la editora Penélope Acero, dio una divertida charla con el título: «Cómo no dar una entrevista sobre novela histórica». Espero que pronto nos llegue una nueva novela suya, que se le echa de menos.

Si hay algo que caracteriza a este certamen, y como habéis podido observar, es que podemos encontrar a leyendas de la literatura, autores consagrados o noveles. Un entorno perfecto para un certamen maravilloso.

Úbeda se erige como un lugar de ensueño para los amantes de la cultura y la buena literatura.

Su encuentro anual merece un reconocimiento aún mayor, manteniendo incólume su encanto, y continúa siendo una cita imperdible que nos atrae con su magnetismo cada octubre.

Puedo decir que Úbeda es mi sueño, que encuentro allí lo que necesito para vivir cuando voy (cultura a raudales y buena literatura), que es una cita con la literatura cada año y que siempre me devuelve a mi tierra como a un niño al que se le ha quitado su juguete preferido.

Solo puedo desear que no pierda su encanto y que siga arrastrándonos a su vorágine cada año en octubre. ¡Larga vida al Certamen Internacional de Novela Histórica de Úbeda!

Contando los días para una nueva edición.

NOTA: me estoy planteando dejar la Beltraneja…