Un mundo sin fin

Cuatro niños que se escapan a jugar en el bosque presencian una lucha entre dos caballeros, muriendo uno de ellos. Huyen despavoridos pero uno de ellos se queda y es descubierto, tiene que ayudar al caballero victorioso, pero herido, a esconder el cadáver del otro. El recuerdo de este asesinato les acompañará el resto de sus vidas, uno de ellos será constructor y recorrerá Europa, el otro muchacho será un matón durante toda su vida, una de las niñas vivirá siempre en la servidumbre y luchando cada día de su existencia por sobrevivir y la última perseguirá un amor que parece eterno.

Aunque el libro transcurre en Kingsbridge, el mismo sitio que «Los pilares de la tierra», la historia tiene lugar 200 años después. Teniendo en cuenta que yo soy de las personas que leyeron «los pilares» 10 años después, su lectura casi coincide con la publicación de la 2ª parte. Cuando supe que salía me fuí a la librería y lo encargué, el que poseo es el cuarto y os explico: el primero se deshojo cuando iba leyendo apenas por la mitad, lo descambié. El segundo tenía hojas pegadas… lo descambié, el tercero tenía las letras corridas… también lo descambié (que mala suerte la mia) y por fin llegó el cuarto que es el que puede acabar leyendo del todo. Puse tantas ganas en su adquisición que una vez me lo hube leído no podía creerme la desilusión que me había llevado.

Demasiados frentes abiertos, harta estaba ya de lo «mala» que es la iglesia: que si relaciones entre miembros de ella, que si malos malísimos, que si secretos y mentiras a doquier… Si, podemos estar de acuerdo, pero que todos estos factores se den en una misma novela y repetidas veces… la verdad me parece exagerado. Me da la sensación de que este libro ha sido escrito por Ken Follett para ser best seller pero no tiene nada que ver ni con la novedad ni con la calidad de la primera parte. Exagerado de más su precio.