«La Sombra Blanca», de Carlos Fidalgo, se revela como una obra maestra literaria que se adentra en los recovecos más oscuros del alma humana, ambientada en las desoladoras trincheras del Somme durante la Gran Guerra. Esta novela breve, que descubrí en el especial del día de difuntos en el podcast de novela histórica de Úbeda, se erige como una pieza única que merece ser explorada con detenimiento.

La trama se teje en torno a la figura del soldado escocés Elgin Garloch, quien se adentra en las trincheras del conflicto y regresa a casa. Sin embargo, no nos enfrentamos a una narrativa repleta de heroísmo convencional; más bien, nos sumergimos en el miedo palpable, la juventud perdida y la incomprensión que envuelven a estos personajes.

La novela pinta retratos dolorosos de soldados inmersos en el pánico y el sufrimiento, caminando en la niebla con la pérdida de visión, apoyándose mutuamente en filas desoladoras. Algunos pierden la voz, otros se marchan dejando solo pétalos como testamento de su paso efímero por este mundo atormentado por la guerra…

«La Sombra Blanca» se erige como un drama presentado en relatos entrelazados, donde la poesía se funde con la prosa gracias a la pluma magistral de Carlos Fidalgo. La portada de la novela, una pintura al óleo titulada «Gaseados» creada por John Singer Sargent en 1919, retrata las consecuencias desgarradoras de un ataque con gas durante la Primera Guerra Mundial. Esta obra visual sirve como preludio a la experiencia que aguarda a los lectores.

No es una novela bélica al uso; aquí no hay descripciones épicas de batallas ni enfrentamientos, pero las trincheras son el escenario donde se despliega esta joya literaria. La lectura requiere ser saboreada lentamente, para no perderse en las múltiples voces narrativas que componen esta sinfonía de experiencias. Los protagonistas, soldados que comparten sus sentimientos en primera persona, no hablan de victorias ni derrotas, sino de sueños, ilusiones y miedos que trascienden las líneas de la guerra.

No es una novela bélica al uso; aquí no hay descripciones épicas de batallas ni enfrentamientos, pero las trincheras son el escenario donde se despliega esta joya literaria.

La prosa de Fidalgo se revela como una joya preciosista, una obra escrita con meticulosidad y esmero. A diferencia de otras narrativas centradas en el dolor de la guerra, «La Sombra Blanca» se sumerge en el sufrimiento humano. Aunque los relatos parecen independientes, el autor teje una magia que los une sutilmente a través de un hilo casi invisible, revelando conexiones que solo aquellos lectores atentos podrán descubrir.

En resumen

Se puede asegurar que esta obra, publicada por Reino de Cordelia en 2015, se presenta como una historia que merece ser disfrutada sin influencias externas. Es una invitación a explorar las complejidades del alma humana, tejida con maestría y sensibilidad. No solo es una historia corta que se lee con fluidez, sino que también se revela como una pieza literaria preciosa que perdura en la memoria mucho después de haber cerrado sus páginas. «La Sombra Blanca» es una lectura obligada sin lugar a duda.

Podemos leer las primeras páginas de la novela en este enlace de la editorial Reino de Cordelia .

 

 

Fuente de la imagen de Carlos Fidalgo: Reino de Cordelia.

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