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Nada bueno germina

Nada bueno germina, de César Pérez Gellida

«Nada bueno germina» es un thriller histórico ambientado en la España de principios del siglo XX que pone punto final a la bilogía cuyo primer título, «Bajo tierra seca», le valió a su autor, el ya habitual de este blog, César Pérez Gellida, el Premio Nadal. No es solo el cierre de una historia: es un broche tenso, sangriento y sin concesiones, que demuestra que Gellida sabe muy bien cómo atrapar a sus lectores hasta la última línea.

La novela arranca en un momento histórico convulso. España vive las secuelas de la pérdida de las últimas colonias, que han dejado tras de sí un país empobrecido, con hambre y desigualdad. A esto hay que añadir la violencia y una amenaza invisible pero mortal: la mal llamada gripe española, que recorre las calles obligando a la gente a vivir con mascarillas, igual que nosotros hicimos hace no tanto. Es un contexto en el que la supervivencia se convierte en prioridad absoluta y donde la vida humana parece tener un precio muy bajo.

En este escenario reaparecen Sebastián Costa y Antonia Monterroso, protagonistas de «Bajo tierra seca». Ambos arrastran un pasado tan oscuro como sangriento, marcado por la guerra, el crimen y la pérdida. Costa, antiguo soldado, ha intentado en más de una ocasión dejar atrás sus demonios, pero, como demuestra esta historia, por mucho que corra no puede escapar de sí mismo. Antonia, por su parte, es una mujer de carácter férreo, inteligente y sin escrúpulos, que también carga con heridas invisibles y decisiones difíciles de justificar.

Nada bueno germina, de César Pérez Gellida

Tras un robo fallido que termina con varios cadáveres, Costa y Monterroso se ven obligados a huir. Su ruta, desde Jaén hasta Valladolid, está marcada por el polvo de los caminos, el calor sofocante y un rastro de sangre que no hace más que crecer. El objetivo: cruzar el Atlántico y comenzar una nueva vida. El problema: hay demasiados frentes abiertos, demasiados enemigos y demasiadas cuentas pendientes. Y en un mundo como el suyo, quien juega con fuego termina quemándose.

Uno de los grandes aciertos de la novela es la relación entre los protagonistas. En «Bajo tierra seca» vimos nacer entre ellos un vínculo marcado por la complicidad y una atracción animal, pero aquí se añade un elemento nuevo y corrosivo: la desconfianza. A veces parecen inseparables, cómplices hasta el final; otras, se percibe en el aire la duda de si llegado el momento se traicionarían para salvarse. Me ha sorprendido comprobar hasta dónde son capaces de llegar para sobrevivir. Yo los esperaba unidos hasta la desesperación, pero Gellida prefiere mostrar que, en un entorno hostil, incluso los lazos más fuertes se ponen a prueba.

La ambientación es de matrícula de honor. La novela huele a sudor, a tierra seca, a sangre fresca. Es una atmósfera sofocante y densa que no concede respiro ni a los personajes ni al lector. Incluso en los momentos más tranquilos, la sensación de amenaza es constante, como si todo estuviera a punto de estallar. He leído con el corazón acelerado, con esa mezcla de ansiedad y adrenalina que Gellida maneja tan bien, sabiendo que en cualquier momento me iba a sorprender… y así ha sido.

Los antagonistas que se cruzan en el camino de Costa y Monterroso son tan variados como peligrosos: desde criminales brutales a rivales calculadores, pasando por figuras con un sentido de la moral tan elevado que los hace tan letales como los anteriores. Gellida no tiene piedad, ni con ellos ni con nosotros. Hay muertes que duelen, y una en particular que no voy a perdonarle jamás. Nunca.

Entre tanta tensión, he encontrado un respiro muy especial en la parte ambientada en Ciudad Real. Pasear por sus calles de principios del siglo XX, reconocer algunas que siguen vivas y descubrir otras que tuve que buscar en mapas antiguos, ha sido un regalo personal. Más aún, porque ahí aparece uno de mis personajes favoritos, lo que convierte ese capítulo en un oasis momentáneo antes de volver a la carnicería.

Es una atmósfera sofocante y densa que no concede respiro ni a los personajes ni al lector. Incluso en los momentos más tranquilos, la sensación de amenaza es constante, como si todo estuviera a punto de estallar.

Uno de los aspectos que más me ha gustado es cómo «Nada bueno germina» dialoga con «Bajo tierra seca». El primer libro nos presentó a Costa y Monterroso, nos dejó ver sus motivaciones y su manera de entender la vida. Este segundo título no solo continúa esa línea, sino que profundiza en la inevitable consecuencia de sus actos: la violencia genera más violencia, y el pasado no se borra. Hay ecos constantes del primer volumen, recuerdos y heridas que aquí cobran todo su sentido. Y aunque es posible leerlo de forma independiente, es inevitable que quienes hemos leído la bilogía entera sintamos este libro como un cierre tan redondo como devastador.

También hay una reflexión que me ha calado: puedes huir de la justicia, del enemigo, de una ciudad, incluso de un país… pero no puedes huir de ti mismo. Costa lo sabe, y esa certeza lo acompaña en cada paso. Por mucho que mire hacia adelante, lo que ha hecho y lo que es siempre lo alcanza. Ese peso invisible, ese bagaje de decisiones y pecados, es lo que convierte a Costa en un personaje tan fascinante como trágico.

La construcción del ritmo narrativo es otro punto fuerte. Gellida alterna escenas de acción trepidante con otras más pausadas, pero siempre cargadas de tensión. No hay relleno, todo empuja hacia adelante, y cuando crees que puedes relajarte, ocurre algo que lo cambia todo. Los diálogos son afilados, llenos de segundas intenciones, y contribuyen a reforzar la sensación de que aquí nadie es del todo sincero ni fiable.

«Nada bueno germina» es un cierre perfecto para la bilogía. Oscura, intensa y vibrante, es una novela que no da tregua, que nos sumerge en una España herida y peligrosa, y que retrata a unos personajes que viven siempre al borde del abismo.

Me ha gustado mucho, y confirmo que César Pérez Gellida sigue atrapando a sus lectores con tramas sólidas, personajes memorables y esa capacidad para mantenernos en vilo que ya es su sello inconfundible. Un final que no solo cierra una historia, sino que la eleva, dejándonos con la sensación de que hemos acompañado a Costa y Monterroso hasta el último latido.

Destino nos obsequia con un fragmento para leer en este enlace de su web.

 

FICHA TÉCNICA

Portada
Título: Nada bueno germina
Autor/a: César Pérez Gellida
Editorial: Destino
Páginas: 528
Año de edición: 05/2025
Precio: 22,90€ Cartoné / 12,34€ eBook
ISBN: 978-8423367672

 

César Pérez Gellida

César Pérez Gellida

1974, Valladolid, España

Es escritor. Ha publicado trece novelas, entre ellas las que componen las trilogías «Versos, canciones y trocitos de carne» (Memento moriDies iraeConsummatum est) y «Refranes, canciones y rastros de sangre» (Sarna con gustoCuchillo de paloA grandes males); y otras como Todo lo mejor y Todo lo peor. Entre las más recientes, Nos crecen los enanosAstillas en la piel y La suerte del enano. En 2023 se ha estrenado la adaptación para serie de televisión de Memento mori. Es uno de los mayores referentes de la novela negra, con más de 300.000 lectores, y dirige junto a Dolores Redondo el festival literario Blacklladolid. Bajo tierra seca se alza con el Premio Nadal 2024.

Fuente de la imagen de César Pérez Gellida: planetadelibros.com © Xavier Torres-Bacchetta


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