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Entrevista a Nacho Ares, autor de «La hija del sol»

Entrevista a Nacho Ares - La Historia en mis Libros

En el pasado certamen de Novela histórica de Úbeda, tuve oportunidad de hacer algunas entrevistas y la primera que os traigo es la que le hice a Nacho Ares a raíz de su última novela «La hija del sol» que habéis podido ver reseñada aquí en los últimos días. Me declaro fiel seguidora de Nacho Ares y de su programa de radio Ser Historia que, aunque es emitido a unas horas intempestivas para mí, me descargo todas las semanas en podcast ya que me divierto y aprendo mucho. Ahora sabréis algunas cosas sobre su novela y quizás algo más…

La Historia en mis Libros.- En «La hija del sol» tienes como figura central al faraón Akhenaton, ¿porqué él?

Nacho Ares.- Porque creo que es uno de los personajes más carismáticos de la historia de Egipto y también es uno de los personajes que más se ha tergiversado, sobre todo a finales del siglo XIX coincidiendo casi con el descubrimiento de su figura. Hasta entonces, imagínate, había un vacío en las listas reales y de pronto aparece su nombre, borrado de muchos lugares pero con muy poca información. Se sabe que había estado casado con Nefertiti, que había tenido una serie de hijas, que había cambiado la capitalidad del país a una zona del Egipto Medio y era todo bastante extraño.

La hija del sol, de Nacho AresApenas había información del reinado, de esos diecisiete años y, bueno, en aquella época con Sigmund Freud, luego con Mika Waltari en el siglo XX y la novela «Sinuhe, el egipcio» parece que se idealizó un poco la figura de Akhenaton, se le puso como una suerte de tipo visionario que había visto el sol y este se le apareció relacionándolo un poco con el tipo de apariciones marianas de ahora, lo que le empujo a cambiar de espacio -la capital de Egipto de Tebas- y todo eso había generado mucha desinformación alrededor de la figura de Akhenaton. A mi esto me llama la atención y en esta novela no solamente rehago un poco la historia, esta historia es ficción, Isis, la protagonista, es un personaje real pero no hay información de ella entonces yo la utilizo al libre albedrío.

Desde hace apenas una década o dos se han llenado muchos huecos, se conocen muchos datos que pueden ayudar a esclarecer muchas de esas lagunas del reinado de Akhenaton, por ejemplo lo de las plagas de peste y ese tipo de cosas. Todo esto me parecían los mimbres ideales para escribir una novela de este tipo y por eso lo elegí aparte de que es una de las etapas gloriosas de la época de Egipto.

LHEML.- ¿Existió en realidad esa lucha encarnizada entre el faraón y el Templo de Amón?

NA.- Si, si, de eso hay constancia histórica. Quizás no fue tan expeditiva como se ha llegado a pensar aunque hubo una persecución, borrar el nombre… pero por ejemplo la estela de la restauración de Tutankamon cuando se dice que los templos estaban abandonados, que crecía la hierba en los patios, que no había sacerdotes y todo este tipo de cosas, yo creo que no es tanto porque se haya perseguido al clero y que haya habido un abandono de esos santos lugares si no que ha habido una plaga terrible, que eso si que se cuenta por fuentes paralelas, una plaga de peste que aniquiló muchos de estos lugares y los dejó sin sacerdotes.

 

…Akhenaton … se sabe por los textos históricos que era igual de sanguinario que cualquiera de sus predecesores y sucesores, algo muy normal en la época.

 

LHEML.- Como bien has dicho, la historia nos muestra un Akhenaton monoteísta, visionario, pacifista y tú sin embargo nos hablas de un personaje sangriento, una especie de tirano, un dictador…

NA.- Si, por que esa es una idea que viene un poco de la idealización que se ha tenido siempre de Akhenaton: la idea de que era un rey pacifista y estaba totalmente imbuido en la religiosidad del momento, que no hacía más que pensar en el disco de Atón, etc. y se sabe por los textos históricos que era igual de sanguinario que cualquiera de sus predecesores y sucesores, algo muy normal en la época. El estado policial que tenía en la ciudad de Amarna se ve perfectamente por los relieves de las tumbas de nobles que han llegado hasta nosotros, los textos de las campañas militares en donde aniquilaba a todos los prisioneros… eso no era de ningún pacifista. Vamos, ni pacifista ni inhumano, eso estaba dentro de lo que había en la época. Todos eran exactamente así, no tenemos que calificarles.

LHEML.- Si, pero la imagen que tenemos es otra y de repente, con tu novela me he encontrado un personaje cruel, que se llenaba de poder…

NA.- Si, pero tú ves la biografía de Alejandro Magno, por ejemplo, y sucede lo mismo. Alejandro Magno no llamaba a la puerta, no, no, él iba cortando cabezas y Julio César igual, era lo normal en la historia y tendemos a quedarnos sólo con lo bonito pero con todos los faraones sucede igual: Tutmosis III, Ramsés II, todos los grandes conquistadores de la historia de Egipto que cruzaron las fronteras y llegaron hasta casi Turquía y el Asia Menor eran violentos, si no no hubieran logrado lo que lograron.

Un momento durante la entrevista a Nacho Ares

Un momento durante la entrevista a Nacho Ares

LHEML.- El apelativo de «faraón hereje»¿es de nueva acuñación o viene de época antigua?

NA.- Es de nueva acuñación, si. En la antigüedad ni se le mencionaba, por ejemplo, las dos listas reales de Abydos, la de Palermo, el canon de Turín no aparecen ni Akhenaton, ni Tuntakamon, ni Ay, Smekaret ni ninguno de estos faraones del período de Amarna que era como una zona herética. Además es importante también que esa persecución de la herejía después no se da justo tras la muerte de Akhenaton sino que pasan cincuenta años. Es con la dinastía ramesida, con Seti I -el hijo de Ramsés I- cuando empiezan a perseguirse, hasta entonces no, Horemheb incluso había hecho templos a Atón y ofrendas y seguía todo con normalidad, se había recuperado con normalidad el culto de Amón pero Atón seguía siendo una divinidad del Panteón.

 

…a mi me encanta la magia, me encanta el ilusionismo. Es una de mis facetas ocultas, bueno, relativamente ocultas porque siempre llevo mi baraja de cartas…

 

LHEML.- En esta novela, la magia está presente en cada página ¿qué clase de magia era? Realmente ¿estaba la magia tan presente en el Antiguo Egipto?

NA.- Si, era parte de la cotidianidad del país, de la propia realidad de la vida cotidiana, además una magia no solamente desde el punto de vista que podemos entender ahora de curanderos, videntes, sanadores y este tipo de cosas sino también lo que hoy entendemos como ilusionismo. Iban enlazados casi en el mismo camino. Por ejemplo lo que cuento de Djehuti, cuando empieza a hacer trucos y juegos, eso está contrastado con textos escritos que sabían que se hacían esos trucos, esos juegos.

LHEML.- Es muy curioso…

NA.- Si, es muy curioso, a mi me encanta la magia, me encanta el ilusionismo. Es una de mis facetas ocultas, bueno, relativamente ocultas porque siempre llevo mi baraja de cartas para hacer paripés y tal, pero si, es algo que siempre me ha gustado y en todas mis novelas siempre he metido algo de magia.

LHEML.- En tu historia me da la sensación de que hay muchos personajes reales…

NA.- Si, casi todos son reales. Isis, la familia de Akhenatón, son todos reales, hay algunos que están inventados, lo explico en la parte final, pero si, la mayor parte de ellos son reales.

LHEML.- A mi me ha llamado la atención Isis.

NA.- Si, Isis es una de las hermanas que sólo conocemos por dos o tres menciones en textos y figuras -de ella hay tres o cuatro-. Hay poca información de ella y no es extraño porque de sus hermanas tampoco se conservaron.

Nacho Ares firmándome su última novela, "La hija del sol"

Nacho Ares firmándome su última novela, «La hija del sol»

LHEML.- ¿Cómo te has documentado para escribir esta novela?

NA.- Desde que tenía catorce años me entusiasmó la egiptología y el tener que mirar y documentarme para esta novela, la verdad, muy poco. Son veinticinco años leyendo, estudiando, viajando e instruyéndome en ese sentido pero, insisto, muchos de los textos que yo pongo como diálogos entre los personajes o descripciones de cosas están sacados de textos originales del Antiguo Egipto y eso le da también un poco de credibilidad a la historia.

LHEML.- ¿Cuánto tiempo has empleado para escribir esta novela?

NA.- Escribir rápido, 5 meses o así, pero también reconozco que al final tengo que corregir porque me salen más páginas que no aportan nada y que la hacen pesada.

LHEML.- Escribes rápido pero tardas en publicar…

NA. Si, ahora estoy con una idea nueva pero… yo tengo la idea, incluso me hice una carpeta, con un papel, porque yo soy mucho de escribir a mano las notas y los esquemas. Lo tengo todo perfectamente esquematizado menos el final, no sé cómo va a acabar, eso me ha pasado siempre y más o menos cuando voy por la mitad o los dos tercios es cuando digo «¡Ah! pues esto puede acabar así». Aquí en la novela muere Akhenaton, eso lo sabe todo el mundo, no estoy destripando nada, pero bueno, hay que darle el giro de cómo enlazar unas cosas con otras según van cobrando vida unos personajes -por así decirlo- ellos mismos me van contando como puede acabar esa historia.

LHEML.- En tu opinión, la momia que encontraron en la tumba KV55 ¿es la de Akhenaton?

NA.- Puede ser, puede ser. Es posible que Akhenaton reculara y quizás en esos últimos años abrió la mano con el templo de Amón y acabó aceptando la momificación y se conservara en la KV55 porque se sabe que más que una tumba es un escondite de la época de Amarna, es decir, se sabe que se ha traído de fuera para depositarla allí.

LHEML.- ¿Por qué sigue fascinando el Antiguo Egipto?

NA.- Porque de alguna forma somos egipcios. Nuestra cultura occidental de ahora está basada en el mundo clásico, en Grecia y en Roma, pero Grecia y Roma crecieron gracias a Egipto era un referente a partir del cual el mundo clásico creció y parece que eso lo hemos olvidado. Muchas de las frases puestas en boca de Jesús son textos sapienciales egipcios, elementos de la vida cotidiana, expresiones e incluso textos del Antiguo Testamento que están mal traducidos y que leemos ahora son expresiones egipcias. Muchas de esas cosas nos hacen ver que tenemos muchos elementos que nos relacionan con el Antiguo Egipto y es curioso.

LHEML.- Por último, ¿crees que algún día habrá un descubrimiento como el de Carter?

NA.- Si, hombre. Seguro que si. Dicen que se conoce sólo el 15% o el 20% de lo que hubo. Hay ciudades que están totalmente perdidas, que aparecen en los textos pero que no sabemos donde están, capitales del Impero Medio no se saben donde están.

 

Nacho Ares Nacho Ares nació en León en 1970 y se licenció en Historia Antigua por la Universidad de Valladolid. Además, es certificado en egiptología por la universidad de Manchester. Desde siempre se ha dedicado a la investigación y divulgación en diferentes medios de comunicación de los enigmas históricos que rodean al mundo del Antiguo Egipto. Fue director de la prestigiosa Revista de Arqueología y sus artículos han sido habituales en diferentes revistas especializadas. Desde octubre de 2009 dirige y presenta el programa SER Historia de la Cadena SER, y actualmente es reportero del programa Cuarto Milenio de Cuatro Televisión.
Hasta la fecha ha publicado una docena de libros, de los cuales nueve ensayos están dedicados a la cultura egipcia. Sus novelas, La tumba perdida (2012), El sueño de los faraones (2014) y La hija del sol (2017), todas ellas publicadas en Grijalbo, han sido reconocidas por la crítica especializada y muy apreciadas por los lectores.
Si quieres saber más, visita su página web nachoares.com

 

FICHA TÉCNICA

Portada
Título: La hija del sol
Autor/a: Nacho Ares
Editorial: Grijalbo
Páginas: 520
Año de edición: 05/2017
Precio: 20,90€ Cartoné / 9,99€ eBook
ISBN: 978-84-253-5529-5

Fuente de la imagen de Nacho Ares: megustaleer.com

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