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Entrevista a Sebastián Roa

Llegamos al final de la celebración del décimo aniversario y lo hacemos con un grande. Sebastián Roa es un escritor que me enamora, su narrativa es mayúscula y sus historias enamoran a cualquiera. Si tengo que decir algo malo de él diré que… es del Madrid, pero bueno, nadie es perfecto.

Querido Sebastián, parece que fue ayer cuando te conocí en el Museo Arqueólogico y pensé que eras extremadamente serio pero aún así, te pregunté por el lugar que ocupaba Alarcos en tu novela y ya ha llovido si y nos hemos encontrado en más ocasiones. Este tu humilde blog donde han aparecido varias novelas tuyas reseñadas, cumple su décimo aniversario ¿Te importaría contestar a esta pequeña entrevista para celebrarlo?

Te contesto. Pero solo porque eres colchonera.

¿Dónde estabas hace 10 años? ¿nos conocíamos?

No nos conocíamos. Yo me encontraba donde ahora, en Valencia.

¿Escribías en 2009?

Sí.

¿Qué estabas escribiendo hace 10 años?

Estaba acabando mi tercera novela, «Venganza de sangre», o tal vez documentándome ya para la siguiente, «La loba de al-Ándalus».

¿Has cambiado de editorial en este tiempo? ¿Y de agente literario?

Sí, desde entonces he pasado por mi segunda y tercera editoriales. En 2009 no tenía agente literario. En estos diez años llegué a tener una, a prescindir de ella y a tener una segunda, la actual.

¿En qué ha cambiado el mundo literario en estos años? ¿y tu mundo?

Creo que se escribe y se publica más. Los dos grandes sellos han crecido y dominan el panorama. Proliferan la autoedición y otras hierbas amazónicas. Ah, y al final, ni la novela histórica se extinguió ni triunfó lo digital de forma aplastante, como anunciaban algunos profetas. Mi mundo ha cambiado mucho, sí, en todos los sentidos. Pienso que he progresado bastante en lo literario. Y en lo editorial también.

¿Recuerdas algo que pasara en 2009? O quizás algo que te impactara o marcara…

Ese año conocí a Santiago Posteguillo. Asistí al taller de novela que impartía magistralmente en Valencia —y que ahora imparto yo como buenamente puedo—. Debo mucho de lo que escribo a Santiago. Toda la novela histórica española debe algo a Santiago.

¿Qué móvil tenías entonces?

Un Nokia N96. Acabo de comprobarlo en el cajón de los móviles cretácicos. Ahí está, pequeñín y hortera, soltando radiación kriptoniana.

¿Tenías menos preocupaciones que ahora o a la inversa?

Yo creo que por el estilo. Hace diez años eran unas, ahora son otras.

¿Te habrías visto hace 10 años tal y como estás ahora y te habrías reconocido?

Creo que sí. Y no sé si eso es bueno.

Hablemos ahora del futuro, cuando en 10 años vuelva a escribirte pidiéndote una entrevista (aunque espero realizarte alguna antes). ¿Qué planes literarios de futuro tienes?

Seguir disfrutando de la escritura y mejorar. Queda mucho que aprender.

¿Algo a corto plazo?

Estoy en el primer tercio de una novela histórica. Mi objetivo inmediato es terminarla.

Nos volvemos a ver en…

La Feria del Libro de Madrid si por mí fuera. Pero veo más realista algún congreso o unas jornadas de novela histórica por el reino de Castilla.

Sebastián Roa (1968), aragonés de nacimiento y valenciano de adopción, compagina su labor en el sector público con la escritura. En 2010 recibió el premio Hislibris al mejor autor español de novela histórica. Es autor de las novelas Casus Belli (2007), El caballero del alba (2008; Ediciones B, 2016), Venganza de sangre (2009; Ediciones B, 2012, ganadora del certamen de novela histórica Comarca del Cinca Medio 2009), La loba de al-Ándalus (Ediciones B, 2012), El ejército de Dios (Ediciones B, 2015) y Las cadenas del destino (Ediciones B, 2016; Premio Cerros de Úbeda del Certamen Internacional de Novela Histórica a la mejor novela publicada).