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Garnata

Garnata, de Mario Villén

La novela «Garnata» de Mario Villén es un viaje a los años finales del Reino nazarí de Granada, un periodo que me llama poderosamente la atención y que fue tremendamente convulso, marcado por las luchas internas, las intrigas cortesanas y las tensiones con los Reyes Católicos que acabarían sellando el destino del último reino musulmán en la península ibérica. Mario, con un estilo cuidadoso y una narrativa que entrelaza lo histórico con lo novelado, recrea con detalle la decadencia de un mundo que agoniza, y lo hace a través de los ojos de varios protagonistas cuyas vidas se ven arrastradas por la corriente de los acontecimientos.

La historia nos sitúa en un momento de ruptura. El reino nazarí no está unido; la ciudad de Garnata (Granada) se halla dividida y debilitada por rivalidades internas. Al-Zagal, tío de Boabdil, controla una parte del territorio y sigue combatiendo con fiereza para mantener viva la resistencia. Boabdil, por su parte, desea recuperar la totalidad del reino que una vez gobernó su padre, Muley Hacén (Mulhacén), y en esa ambición se deja arrastrar por influencias poco recomendables, entre las que destaca de manera sobresaliente la figura de su madre, Aixa.

Uno de los aciertos de la novela es precisamente el tratamiento de Aixa. Mario Villén la retrata como una mujer de gran inteligencia y ambición, cuya influencia sobre Boabdil es tan poderosa como dañina. De hecho, a ella se le atribuye la terrible sentencia de «llora como mujer lo que no supiste defender como hombre», falsas palabras que nunca fueron pronunciadas y que tanto han manchado la figura de Boabdil en la Historia. Ella es quien le empuja a tomar decisiones drásticas, con frecuencia muy lejos de la moderación y la clemencia que habían caracterizado al joven sultán hasta ese momento. A través de sus maniobras, asistimos a un proceso de transformación del personaje de Boabdil: de aquel líder prudente y algo idealista que muchos conocemos por otras obras o por la tradición popular, a un hombre atrapado por la ambición y la sed de poder, capaz de cometer crímenes atroces bajo la sombra de su madre. Este cambio de carácter, tan bien descrito por Villén, resulta doloroso y desconcertante para quienes habíamos conservado una imagen algo más compasiva del último sultán. La ambigüedad moral del personaje está perfectamente construida y añade una profundidad que nos enriquecerá la lectura.

Garnata, de Mario Villén

Otro personaje que sostiene con fuerza el peso de la novela es Kassim, un «granaíno» que abandona a su mujer y a sus dos hijos para luchar por Al-Zagal. Su historia es una de las más conmovedoras y humanas de la obra. Mientras combate en favor de su señor, le llegan noticias desgarradoras: su familia ha sido asesinada. A partir de ese instante, Kassim se convierte en un hombre quebrado, pero también en un hombre nuevo. Como un ave fénix, se reconstruye a partir de sus cenizas, impulsado únicamente por la sed de venganza. Esta será la razón que le haga levantarse cada mañana, aun sabiendo que la muerte es el único final posible en su camino. Su determinación y su dolor añaden una carga emotiva y trágica a la novela. Kassim representa a todos aquellos que, en medio de las grandes disputas políticas y dinásticas, son víctimas colaterales de decisiones tomadas en los palacios y en los despachos. Su historia dota a «Garnata» de un contrapunto de vida privada y de lucha personal que equilibra el relato de las altas esferas, de reyes y de emires.

En este desfile de personajes destaca también la entrañable figura de Reduán, un anciano maestro que cautiva desde su primera aparición. Reduán encarna la racionalidad, la templanza y la ternura en un mundo que parece haber olvidado esos valores. Su sabiduría serena y su capacidad de enseñar no solo conocimientos sino también humanidad, lo convierten en un personaje al que es imposible no admirar y querer. Reduán nos recuerda que incluso en tiempos de caos, siempre hay espacio para la bondad y la reflexión.

Un personaje que también sorprenderá al lector es Moraima, la esposa de Boabdil. Habitualmente evocada como una madre afligida, resignada ante la pérdida de su hijo, rehén de los cristianos, aquí nos encontramos con una imagen que puede descolocar al lector. ¿Realmente baja la cabeza y acepta todo sin más? Villén deja entrever matices que enriquecen su figura, mostrando que, bajo esa apariencia de sumisión, quizá haya más resistencia y lucidez de la que solemos atribuirle. 

La novela, además, tiene el detalle de incluir un pequeño cameo de Hernán Pérez del Pulgar, conocido como «el de las hazañas», personaje real nacido en Ciudad Real, cuya casa actualmente puede visitarse como museo. Ejemplos como este guiño histórico enriquecen el fresco de la época y recuerdan la participación de personajes destacados en la guerra de Granada, aportando al relato importantes pinceladas de veracidad.

Un elemento especialmente destacable es la aparición de dos personajes históricos que rara vez son tratados en la literatura histórica de este periodo. Por un lado, Ahmed, el hijo de Boabdil y Moraima, a quien su propio padre entregó como rehén a los cristianos en su lugar. Se trata de un niño, y su presencia en la novela añade una dimensión dramática que enfatiza la crudeza de las decisiones políticas de la época y la resiliencia. Por otro lado, la novela también incluye a Juan, el hijo de los Reyes Católicos, Fernando e Isabel, quien falleció muy joven y cuya figura raramente aparece en relatos de esta etapa. Su inclusión es de agradecer porque amplía la visión del contexto personal de los personajes principales. 

También merece un reconocimiento especial el tratamiento de la figura de Al-Zagal. Frente a un Boabdil que va oscureciendo su alma, Al-Zagal se presenta como un guerrero tenaz y decidido, alguien que, a pesar de las adversidades y de la fractura del territorio, no se resigna a la derrota. Su determinación y su resistencia contrastan con las dudas y las vacilaciones que marcan la trayectoria de su sobrino. Este contraste entre ambos personajes dota a la novela de una tensión constante y ayuda a entender por qué la historia de la Granada nazarí no es solo un relato de confrontación con los cristianos, sino también de muy duras divisiones internas.

Mario Villén demuestra un conocimiento sólido de la época y sabe trasladarnos a la atmósfera de la Granada nazarí con sus zocos, sus palacios y sus intrigas palaciegas.

En cuanto a la ambientación, «Garnata» brilla con luz propia. Mario Villén demuestra un conocimiento sólido de la época y sabe trasladarnos a la atmósfera de la Granada nazarí con sus zocos, sus palacios y sus intrigas palaciegas. La descripción de las costumbres, las vestimentas, las estrategias militares y las tensiones sociales logra un equilibrio entre la precisión histórica y la agilidad de la narración. No se trata de una crónica seca, sino de una novela viva, donde los personajes se mueven con viveza por un escenario que parece auténtico.

La valoración general de la novela es más que positiva, aunque hay un aspecto que merece ser matizado: la extensión de las escenas de carácter sexual. Aunque es comprensible que el autor haya querido reflejar las pasiones y las relaciones personales que influyen en las decisiones políticas, en algunos pasajes estas escenas resultan algo extensas y, en mi opinión, no siempre necesarias para el desarrollo de la trama. A veces ralentizan el ritmo y desvían la atención del eje central de la narración, que es, sin duda, la lucha por la supervivencia de un reino y las dramáticas decisiones de sus líderes.

«Garnata» es una novela histórica sólida, bien documentada y con personajes complejos que invitan a la reflexión. Mario Villén ha sabido transmitir la sensación del fin de una época y la melancolía que envuelve los últimos días de Al-Ándalus. 

Recomiendo esta lectura a quienes disfrutan de las novelas históricas con gran rigor y a quienes deseen comprender mejor las pasiones, traiciones y ambiciones que marcaron el ocaso del Reino nazarí de Granada. Y, sobre todo, a quienes estén dispuestos a descubrir un Boabdil menos idealizado, más humano y, a veces, terriblemente cruel; una Moraima quizás menos sumisa de lo que se nos ha contado; un Kassim que nos recuerda que las grandes tragedias empiezan en el corazón de la gente sencilla; un Reduán que nos enamora con su sabiduría y su ternura; y dos personajes —el niño Ahmed y el príncipe Juan— que raras veces asoman en la narrativa histórica y que aquí encuentran, por fin, su lugar.

Edhasa nos da la oportunidad de empezar a leer la novela en este enlace de su web.

 

FICHA TÉCNICA

Portada
Título: Garnata
Autor/a: Mario Villén Lucena
Editorial: Edhasa
Páginas: 672
Año de edición: 05/2025
Precio: 23,50€ Cartoné / 11,99€ eBook
ISBN: 9788435064514

 

Mario Villén Lucena

Mario Villén Lucena

1978, Pinos Puente (Granada), España

Es licenciado en Ciencias Políticas y Sociología por la Universidad de Granada y actualmente trabaja como funcionario de la Administración General del Estado en Málaga. Es, sin embargo, como escritor cuando se siente más feliz.

Junto a los escritores Blas Malo y Carolina Molina, coordinó durante varios años las Jornadas de Novela Histórica de Granada, y actualmente coordina el Festival Letrahistórica en esa misma ciudad. Ha escrito multitud de relatos cortos con los que ha obtenido más de diez premios literarios en diferentes certámenes, y ha participado en algunas colecciones de cuentos, como Pequeñas historias o Dolor tan fiero. En este género, fue el propulsor de la colección de relatos Voces de Kiev (Edhasa, 2022), en la que también participó como autor, a beneficio de los refugiados por la guerra en Ucrania. También ha colaborado como guionista en la prestigiosa página de divulgación histórica Academia Play.

Hasta la fecha, tiene publicadas cuatro novelas: El escudo de Granada (2012), 40 días de fuego (2015) y Nazarí (Edhasa, 2021), con la que consiguió el salto al éxito entre los grandes novelistas históricos de nuestro país e Ilión (Edhasa, 2022). Ahora vuelve a adentrarse en época nazarí y en las tierras de al-Ándalus para deslumbrarnos con Garnata.

Fuente de la imagen de Mario Villén Lucena: redes sociales del autor.


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